20/Apr/2024
Editoriales

La Audacia

Para apreciar el maravilloso arte de Miguel Ángel Buonarroti cuando visitamos – admiramos a la extraordinaria obra de la Capilla Sixtina en el Vaticano, no hace falta más que tener capacidad para contener la respiración e intuición para imaginar la audacia de un genio que en el siglo XVI pintó los personajes del “Juicio Final” y demás escenas totalmente desnudos. Porque se trata de figuras humanas que emanaban sensualidad mostrando sin esconder nada sus órganos genitales, nada menos que en ¡el corazón de la Iglesia Católica!.

Y si luego investigamos un poco la historia de esa colosal obra, nos damos cuenta que en la primera parte de ese contrato, de 1508 a 1512, el gran Miguel Ángel no hizo caso de la indicación del papa Julio II, que para efectos mundanos era el cliente, de pintar escenas de los apóstoles, por pintar todos sus primeros brochazos dedicados al origen del mundo, y con las características mencionadas. Esa es audacia mayor. Además, se enfocó al pecado original y a la idea neoplatónica de la complementación entre paganismo y cristianismo, considerada por los críticos como algo subversivo en la capilla privada de los Papas. Esto armó tremendo escándalo, pues era imposible de ocultar por mucho tiempo, pero con todo eso, el siguiente papa, Clemente VII, le volvió a llamar para que pintara la gigantesca representación en la pared del “Ascenso de los bienaventurados y la caída de los pecadores”, en donde el genio de Miguel Ángel insistió en pintarlos desnudos, algo que a su muerte fueron terrible e irrespetuosamente cubiertos en sus partes pudendas por algunos de sus propios discípulos, como “il Volterra”, obedeciendo desde luego, órdenes de las nuevas autoridades en el Vaticano.

Claro que el tiempo es un juez implacable, por lo que esos cuerpos dibujados y pintados con genialidad irrepetible, de nuevo fueron descubiertos por artistas de otras generaciones, en reciente restauración de la Capilla. Los guías de turistas que explican las pinturas al visitante esbozan esto, pero tal vez por no meterse a investigar un poco, o por no meterse en honduras, sólo dicen: “posteriormente fueron desnudados por instrucciones del Papa”. Imagine usted el riesgo que tomó Miguel Ángel al pintar esas figuras desnudas, pues no era un cuadro que se pudiera llevar a ocultar, sino que se trataba de tal vez el lugar más visitado del mundo, y aunque no se inauguró la primera etapa hasta que estuvo totalmente terminada, hubo mucha gente que le echó un vistazo durante los cuatro años que duró el proceso artístico y aunque no había muchos medios de comunicación, la discreción no fue la virtud principal de los hombres de aquella época (hoy no se necesita ser indiscreto, sólo subir información a las redes). La audacia es en toda actividad humana,  y creo que este es un buen ejemplo, requisito sine qua non para alcanzar las metas altas.