30/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 6 de 1839: el general Guadalupe Victoria y el diplomático Manuel Eduardo de Gorostiza, asesorados por el ministro británico Richard Pakenham, conversan con el contralmirante Baudin a bordo de la fragata inglesa Madagascar. México estaba en guerra con Francia a raíz de la llamada Guerra de los Pasteles, pues desde el 5 de diciembre de 1838 el puerto de Veracruz había sido atacado por barcos de guerra franceses y Guadalupe Victoria había sido comisionado el 19 de diciembre para apoyar a Santa Anna que defendía la plaza. Para el 9 de enero ya se habían organizado cuatro frentes de defensa: la vanguardia a cargo de Santa Anna, la del centro a cargo de Felipe Codallos, la del sur por Nicolás Bravo, y la del norte por Vicente Filisola. El 27 de enero de 1839, Santa Anna publicó una carta abierta ofreciendo sus bienes para hipotecarlos por 60 mil pesos que servirían al ejército que repelía la invasión francesa, y el Clero prestó 500 mil pesos al gobierno para afrontar los gastos de la guerra.

Tras la conversación entre Victoria y Gorostiza con Baudin, el 9 de marzo se firma en Veracruz el tratado de paz entre México y Francia, entregando los franceses San Juan de Ulúa que tenían en su poder, y México se comprometió a anular los préstamos forzosos hechos a los ciudadanos franceses y se obligaba a pagar 600 mil pesos de indemnización, dándose por concluida la primera intervención francesa. Como se advierte, cada vez que nos han invadido tanto Francia (dos veces) como Estados Unidos (una), hemos perdido dinero y territorio. Desde luego que también hemos tenido algunas victorias militares de las que ya hemos hablado, pero han sido menores. Lo importante es que los mexicanos de hoy no perdamos esto de vista, pues los ataques del extranjero vienen ahora en diversas formas, no sólo con tropas, sino en los aspectos económicos, políticos y migratorios, sin descartar alguna posible invasión a la soberanía terrestre o marítima nacional. A finales del siglo XIX, Porfirio Díaz diría: Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. Aunque el presidente López Obrador le haya dicho hace unos días al presidente Joe Biden: Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos.