03/May/2024
Editoriales

Bernardo Reyes y el Plan de la Soledad

Uno de los grandes gobernadores que ha tenido Nuevo León es el general jalisciense Bernardo Reyes Ogazón, quien gobernó durante dos décadas bajo el mismo esquema que su jefe Porfirio Díaz. Consiguió para el Estado un gran desarrollo económico e industrial y su internacionalización, con una gobernanza autoritaria. 

El éxito de su gobierno y la popularidad en el noreste mexicano le llevó a pensar que en 1909 podría alcanzar al menos la vicepresidencia en la siguiente reelección de Porfirio Díaz en 1910. Sin embargo, en el medio político nacional, Reyes no tenía los amarres necesarios para luchar con otras figuras, y Díaz cayó en el juego de quienes competían con Reyes, enfriándolo políticamente para hacer fórmula electoral con Ramón Corral, y remover a Don Bernardo de la gubernatura enviándolo a Europa.  

En las fraudulentas elecciones de 1910, Porfirio Díaz obtuvo el 98.96% de los votos contra 1.04% de Madero, que en ese momento estaba en la cárcel. En su ausencia, los partidarios de Reyes lo postularon como candidato a la vicepresidencia,  consiguiendo unos pocos, pero honrosos votos -el 0.06%, contra el 91.35% de Ramón Corral-. Madero, por su parte, luego de escaparse, llamó a la Revolución Mexicana mediante el Plan de San Luis, iniciándose la primera etapa de esa histórica lucha.

Cuando Porfirio Díaz fue vencido por los revolucionarios maderistas renunció el 25 de mayo de 1911, y entró a gobernar interinamente Francisco León de la Barra, para llamar a elecciones extraordinarias que ganó Francisco Madero con el 99.27% de los votos, llevando como fórmula en la vicepresidencia a José María Pino Suárez. 

 

Pero el ostracismo transformó a Bernardo Reyes, quien iracundo regresó al país y desde Tamaulipas, el 16 de Noviembre de 1911, lanzó el Plan de la Soledad, que declaraba nulo el gobierno de Madero, y presidente de la República al propio Reyes. La redacción de este plan no corresponde al del hombre que gobernó tan bien a nuestro estado, pues para ganarse apoyos, sutilmente permitía el saqueo a quienes lo apoyaran. Veamos algunos fragmentos de este Plan de la Soledad: 

“Plan de Bernardo Reyes o Plan de la Soledad. 

Soledad, Tamaulipas, 16 de noviembre de 1911 

Bernardo Reyes, general de División del Ejército Mexicano, a la Nación. 

La situación anárquica en que hoy se encuentra la República bajo el bastardo poder del ciudadano Francisco I. Madero, el patriótico anhelo de libertar al país humillado por una tiranía demagógica, el empeño de restablecer el orden y la necesidad apremiante de asentar el imperio de la Constitución y realizar los ideales revolucionarios, me determinan a formular el siguiente plan salvador de la oprobiosa condición en que se halla el país: 

I.- Se declaran nulas las llamadas elecciones para Presidente y Vicepresidente efectuadas en realidad mediante imposiciones y persecuciones por un solo bando político, y no por la Nación, en el mes de octubre del presente año. 

VII.- El que suscribe asume el carácter de Presidente Provisional con facultades para hacer la guerra al bastardo poder existente en la misma, hasta consumar el triunfo, después del cual, consultando la opinión de los jefes que hayan concurrido a la lucha, nombrarán un Presidente Interino que convoque al pueblo a elecciones de todos los poderes. 

XII.- Todas las autoridades políticas y militares que coadyuven al triunfo de la Revolución tienen el derecho de llevar cuenta detallada de las cantidades de que dispongan para su sostenimiento, provenientes del Erario Público o de cualquiera otra procedencia, se harán cargo de todos los valores que colecten, justipreciando los que reciban en armas, caballos, pasturas, víveres y demás efectos. 

Plan de San Luís reformado y expedido en Soledad, Tamaulipas, el 16 de noviembre de 1911.” 

No tuvo tiempo de que este plan tuviera efectos porque fue apresado y condenado a muerte. Sin embargo, el presidente Madero le conmutó la pena por prisión, concluyendo así el Plan de la Soledad. 

Lo demás es bien conocido; Reyes escapó de prisión para participar en el golpe de estado llamado ahora La Decena Trágica, del 9 de febrero de 1913. Ahí murió uno de los mejores gobernantes que ha tenido nuestro Nuevo León. Los seres humanos, por capaces que sean, pueden perder el piso en un momento de arrebato, y tal es el caso de Don Bernardo Reyes, que ofuscado ante circunstancias injustas, se obsesionó con la Presidencia de México. 

Fuentes: Planes de la Nación Mexicana, Cámara de Diputados.