23/Apr/2024
Editoriales

Septiembre 22 de 1519: Entra a la ciudad de Tlaxcala, Hernán Cortés y su ejército, posibilitando un acuerdo militar para enfrentar al poderoso imperio Azteca, enemigo común.

Septiembre 22 de 1519: Entra a la ciudad de Tlaxcala, Hernán Cortés y su ejército, posibilitando un acuerdo militar para enfrentar al poderoso imperio Azteca, enemigo común.

Los tlaxcaltecas eran contestatarios y enemigos declarados de sus vecinos que cobraban tributos a todos los pueblos que dominaban, por lo que hicieron valer el dicho aquel de: "enemigo de mi enemigo, es mi amigo". Recibieron a los españoles coomo a sus amigos y juntos potenciaron un ejército desigual pero poderoso pues Cortés y los suyos aportaban armas modernas y caballos mientras los tlaxcaltecas, amplios contingentes de guerreros que habí­an crecido luchando cuerpo a cuerpo con sus vecinos que intentaban en forma recurrente dominarlos.

Hubo tanta cercaní­a entrambos ejércitos, que Pedro de Alvarado desposó a la princesa hija del viejo Xicoténcatl, a quien se le conoció después con el nombre de Luisa. Cortés afirma en su Segunda Carta de relación: "... tan grande y de tanta admiración, que aunque mucho de lo que della podrí­a decir deje, lo poco que diré creo que es casi tan increí­ble, porque es muy mayor que Granada y muy más fuerte, y de tan buenos edificios, y de muy mucha gente que Granada tení­a al tiempo que se ganó". Cortés, vivo como él solo, se echó a la bolsa con su trato amable a los principales Maxixcatzin y Xicoténcatl, tanto que se les podí­a ver cerca de él la mayor parte del tiempo. No está claro el tema de sus largas conversaciones, porque pudiera ser que ellos le aconsejaran cómo atacar a sus vecinos, o Cortés les enseñara cosas que ellos ignoraban de la cultura española. Caí­do el imperio, los tlaxcaltecas continuaron apoyando a sus aliados españoles durante la colonia, cuando establecieron pueblos al norte de Nueva España, como Saltillo donde fundaron un pequeño poblado gemelo llamado San Esteban de los tlaxcaltecas.

En cuanto a nuestro estado, algunos pueblos que ayudaron a fundar estos indí­genas amigos, son: San Miguel de Aguayo (Bustamante), El Pueblo de la Nueva Tlaxcala de Nuestra Señora de Guadalupe (Guadalupe), Santiago de Sabinas (Sabinas Hidalgo), San Pedro Boca de Leones (Villaldama) y muchos otros a los que apoyaban asentándose temporalmente sólo para que las tribus locales respetaran a los colonizadores.