Después de las grandes tempestades causadas por los escándalos de la casa blanca y por los crímenes de Ayotzinapa vino un periodo de cierta tranquilidad para el presidente Enrique Peña Nieto hasta que la reanudación de los "gasolinazos" regresaron el escándalo y la crispación social, lo que el presidente llama "el mal humor social" que dice no entender.
Casi inmediatamente después vino el caso del plagio de su tesis de licenciatura en derecho, para continuar con el escándalo y la indignación por la invitación de Donald Trump a visitar la residencia presidencial. Por si eso fuera poco, un formato artificial del IV Informe de gobierno creo otra situación también escandalosa contra el presidente Peña Nieto. Es lógico suponer que de seguir así, es decir una serie sucesiva de escándalos que desacreditan y demeritan la imagen del presidente y siembran dudas sobre su capacidad de gobernar, vamos a tener una situación crítica mucho antes de que lleguen las elecciones del 2018. Algo tiene que hacerse para detener esto porque si no pagaremos caro los mexicanos una situación de desestabilización político y de caos en nuestro país.
