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Al menos 80 muertos por el atentado en Kabul

Al menos 80 personas murieron y más de 300 resultaron heridas en un atentado con camión bomba este miércoles en el barrio diplomático de Kabul, marcando un sangriento comienzo del ramadán.

El ataque, uno de los más violentos contra esta zona ultraprotegida en donde hay numerosas embajadas, se llevó a cabo en hora punta y con grandes medios.

"La explosión causada por una cisterna de agua que contení­a más de una tonelada y media de explosivos. Dejó un cráter de 7 metros de profundidad", indicó a la AFP una fuente occidental en Kabul.

La carga explosiva del camión bomba fue accionada por un kamikaze hacia las 08H30 locales (04H30 GMT), según el Ministerio de Interior.

La explosión provocó una potente onda expansiva que causó numerosos daños en los alrededores, según las imágenes aéreas difundidas por el canal afgano Tolo.

El ataque no ha sido reivindicado hasta ahora. De momento, no se conoce bien el objetivo de este ataque.

Según la embajada estadounidense en Kabul, la explosión se produjo "cerca de la embajada de Alemania (...) en una calle frecuentada".

Los talibanes, que anunciaron a finales de abril el inicio de su "ofensiva de primavera", afirmaron en Twitter no estar implicados en el atentado de Kabul, que condenan "con firmeza".

En el pasado, los talibanes no han reivindicado los atentados en los que la cantidad de ví­ctimas civiles resultaba ser muy elevada.

La organización yihadista Estado Islámico, autora de varios atentados sangrientos en Kabul en los últimos meses, no se ha pronunciado de momento.

El balance alcanza "80 muertos y más de 300 heridos, entre ellos mujeres y niños", dijo el portavoz del Ministerio, Waheed Majroh. Podrí­a agravarse, ya que todaví­a se siguen extrayendo cuerpos de entre los escombros.

Entre las ví­ctimas figura un guardia afgano de la embajada de Alemania y un chófer, también afgano, de la BBC, también un periodista del canal afgano Tolo. Varios empleados de esa embajada y cuatro periodistas de la BBC resultaron heridos.

La explosión fue tan fuerte que sacudió una gran parte de la ciudad, causando pánico entre la población y rompiendo puertas y ventanas.

En el lugar de la explosión habí­a decenas de coches destrozados. Las fuerzas de seguridad y de primeros auxilios estaban desplegados. Un helicóptero sobrevolaba la zona.

Frente a la urgencia, el Gobierno pidió a la población que done sangre en los hospitales.

- 'Crimen de guerra' -

Varias embajadas extranjeras dieron cuenta de daños materiales, entre ellas la de Francia, Alemania, Japón, Turquí­a, Emiratos Arabes Unidos, India y Bulgaria.

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, declaró que "tales ataques no modifican nuestra determinación en apoyar al Gobierno afgano en sus esfuerzos para estabilizar el paí­s".

La misión de la OTAN en el paí­s saludó "la vigilancia y el coraje de las fuerzas de seguridad afganas que impidieron que el vehí­culo" se adentrase aún más en la zona diplomática.

Los dirigentes afganos condenaron con firmeza el atentado, que se produce a sólo unos dí­as de comenzado el ramadán, el mes de ayuno musulmán.

Para el presidente Ashraf Ghani, se trata de un "crimen de guerra". "Estos terroristas continúan matando inocentes incluso durante el mes sagrado del ramadán", se indignó.

El jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, condenó con firmeza el ataque en Twitter. "Estamos por la paz pero los que nos matan durante el mes sagrado del ramadán no merecen ser convocados para sellar la paz, deben ser destruidos", escribió.

La organización Amnistí­a Internacional también condenó un "horrible acto de violencia deliberado" que demuestra que "el conflicto en Afganistán no disminuye, sino que se extiende peligrosamente, de una manera que deberí­a alarmar a la comunidad internacional".

El atentado se produce además en un contexto de gran incertidumbre para Afganistán. El presidente estadounidense, Donald Trump, está examinando el posible enví­o de miles de militares para hacer frente a la situación.

El titular del Pentágono, Jim Mattis, declaró dí­as atrás que 2017 será un año difí­cil para el ejército afgano y para los soldados extranjeros desplegados en Afganistán.

Estados Unidos, implicado en Afganistán en el conflicto más largo de su historia, mantiene a 8.400 efectivos junto a 5.000 militares de los Estados aliados, cuya principal misión consiste en formar y asesorar a las Fuerzas Armadas afganas.