Por su importancia , reproducimos aquí esta documentación que ha circulado en Brasil en los últimos días después de que el Tribunal Supremo saco del caso Lula al Juez Sergio moro : 1) LULA NO ES ACUSADO Y NO HA SIDO INVESTIGADO POR LA JUSTICIA.
En Brasil, la función de investigar le corresponde a la Policía y al Ministerio Público (Fiscalía). La función de denunciar es exclusiva del Ministerio Público, de sus fiscales y procuradores.
En Brasil, los jueces no investigan, no acusan, no denuncian. Los jueces juzgan. Y sólo participan en las investigaciones de forma indirecta, cuando autorizan o no actos invasivos (como aprehensiones, interceptaciones telefónicas) y coercitivos (como conducciones, detenciones temporales) solicitados formalmente por el Ministerio Público y por la Policía.
Solamente después que el Ministerio Público presenta una denuncia formal, y si un juez acoge dicha denuncia, un ciudadano se convierte entonces en reo o acusado, como se dice popularmente.
El expresidente Lula no es reo, es decir: no responde a ninguna demanda judicial que lo acuse por haber cometido algún delito.
La denuncia presentada contra él por tres fiscales del estado de Sí£o Paulo, notoriamente facciosos, a partir de una investigación considerada ilegal por el Consejo Nacional del Ministerio Público, no fue acogida por la Justicia. Por lo tanto, no existe demanda ni reo.
El expresidente Lula no es acusado ni siquiera investigado, porque esta figura jurídica simplemente no existe en el derecho brasileño. En este país se investigan hechos y no personas. Agentes de la Policía y fiscales que acusan a las personas en entrevistas concedidas a medios de prensa, fuera de los autos, son los que realmente cometen actos delictivos.
Llevar al expresidente Lula al banquillo de los acusados es el verdadero objetivo de la plutocracia, del mass media y de agentes partidarizados de la Policía y del Ministerio Público que constituyen excepciones dentro de esas instituciones.
Pero ninguno de ellos ha podido presentar una acusación fundamentada para justificar la interposición de una acción penal contra el ex presidente. Y no ha podido hacerlo porque Lula siempre ha actuado dentro de la ley, antes, durante y después de ser presidente de la República.
Los únicos jueces que un día condenaron a Lula pertenecían a un tribunal de excepción, creado por la odiosa Ley de Seguridad Nacional de la dictadura militar. En 1980, Lula fue encarcelado porque luchaba por la democracia y por los trabajadores.
2) LULA ES EL BLANCO DE UNA CAZA DE BRUJAS PARAJUDICIAL
En más de 40 años como hombre público, la vida del expresidente Lula ha sido escudriñada desde todos los ángulos: político, fiscal, financiero e, incluso, personal.
Desde la reelección de la presidente Dilma Rousseff, un ejército de periodistas, policías, fiscales, procuradores y difamadores profesionales se ha movilizado con el objetivo de encontrar un delito – el que sea – para acusar a Lula y, de ese modo, excluirlo del proceso político brasileño.
¡Nada menos que 29 procuradores y fiscales de 5 instancias han participado en esta verdadera caza de brujas parajudicial, además de 30 auditores de la Receita Federal (Tesoro Nacional) y centenares de policías federales!
Esa "brigada especial" entró en pánico a mediados del año pasado, cuando quedó claro que las investigaciones de la Operación Lava Jato no llegarían al expresidente.
Ninguna cuenta bancaria, ninguna empresa, ninguna delación, nada vinculaba a Lula con los desvíos investigados en negocios millonarios que incluyen pozos de petróleo, buques, sondas, refinerías. Nada.