27/Apr/2024
Editoriales

El éxito tiene un alto precio

Norma Jean Baker se llamaba y fue la hija sin padre de una mujer que pasó la mayor parte de su vida en un manicomio. Por eso su niñez transcurrida en el Estado de California USA en diversos hogares adoptivos, era subvencionada por el Gobierno con 20 dólares mensuales.  

Su infancia fue aciaga. No era solo una niña solitaria, sino además asediada cotidianamente por la tragedia. Cuando mataron a su perro Tippy que era lo único que tenía, fue víctima de una repentina pérdida del habla que le dejó por herencia una insuperable tartamudez que le obligaba a repetir las escenas de sus posteriores actuaciones en la pantalla grande.

Fue violada a los nueve años por un extraño (Tal vez alguno de sus eventuales padrastros). Se casó tres veces y se dice que fue “Coleccionada” por famosos como Frank Sinatra y los hermanos Robert y John Kennedy. Disfrutaba de sus relaciones con ellos declarando que el sexo es parte de la naturaleza y que ella estaba del lado de la naturaleza. 

Tenía 19 años cuando posó semidesnuda para unas fotografías que inspiraron sus famosas pinturas que, a su vez, se convirtieron en calendarios que hicieron furor en todos los estados de la Unión Americana. En 1946 adoptó el nombre de Marilyn Monroe posando desnuda para el primer desplegable de la revista Play Boy. 

A los 20 años llegó a Hollywood arrasando con su belleza, e interpretando comedias con los mejores artistas del momento. Todos querían con ella y ella los complacía si las circunstancias lo propiciaban. Su último esposo y verdadero amor, Arthur Miller terminó dándole el golpe de gracia al elaborar a modo de cínico epitafio un guión de la película “Vidas rebeldes” en donde ella “se lució” con un papel progresista para aquellos tiempos que fue atacado fuertemente por la crítica.  

Miller y Marilyn se divorciaron y él se casó con la productora del film. Allí inició el fin. Ella ingresó a un hospital siquiátrico a fines de 1960 y hasta llegó a ser acusada de la muerte de Clark Gable quien murió inmediatamente después de la filmación de su última película juntos. 

Al trascender sus relaciones amistosas, digamos, con el presidente John F. Kennedy, fue objeto de investigaciones y acosos políticos disimulados hasta que, lastimosamente, la hermosa mujer que declaró a la prensa que se ponía solo Chanel número 5 para dormir, se suicidó el 4 de agosto de 1962 estrujando las conciencias del mundo. 

Toda una lección para la humanidad. El precio que se paga por el éxito es alto, incluso para quienes nacen con virtudes extraordinarias.