28/Apr/2024
Editoriales

Así se las gastaba don Álvaro

Álvaro Obregón fue un inteligente revolucionario que llegó a ser presidente de la República y una vez cumplida su encomienda se retiró a la vida privada hasta que se convenció de la necesidad de regresar a gobernar.

Estando en el poder su correligionario Plutarco Elías Calles, maniobró para modificar la Constitución y regresar a la presidencia para lo cual hubo de pasar por la aduana de una elección, misma que le selló su pasaporte para entrar de nuevo al Palacio Nacional, aunque no le garantizó su seguridad personal y fue asesinado cuando era presidente electo.

Obregón es una leyenda, pues siendo presidente aprovechaba cualquier oportunidad para decir que él era ‘medio corrupto’, pues como le faltaba una mano, robaba la mitad que los demás.  

La fama de ‘hombre de mundo’ que significaba haber probado de todo, se corrobora con esta anécdota de un visitante extranjero que fue testigo del talante generoso de Obregón.

Sir William Wiseman Bart, presidente del Concejo de Kuhh, Loeb Co. De NY, escribió en una revista norteamericana esta anécdota: “Fui a México a entrevistarme con el presidente Álvaro Obregón y terminada la reunión en Palacio Nacional me invitó a comer al Castillo de Chapultepec, íbamos solos con su chofer. Al llegar a las avenidas Reforma y Juárez, frente a la estatua de Carlos IV, se detuvo el auto por la señal de alto. En ese momento de un grupo de papeleritos que gritaba, salió corriendo un pequeño voceador a quien, por maldad, sus compañeros le había rociado con gasolina y prendido fuego. La reacción del presidente fue instantánea, increíble… con su única mano abrió la portezuela, dio un tremendo tirón al tapete del coche y corrió tras el muchacho, le alcanzó, lo derribó y cubrió con el tapete. Le salvó la vida al sofocar el fuego con gran rapidez. Regresó Obregón al auto con el tapete en la mano, antes de que los curiosos se percataran de su identidad”. Llegamos a la comida y a nadie le comentó ese asunto. 

Sir Wiseman le pidió el tapete. Poco después le hizo llegar uno nuevo… ¡de piel!... hecho por los mejores talabarteros de Inglaterra.

www.expreso.com.mx/edicionimpresa/200080608/2/5.pdf. Consultado el 3 de noviembre de 2010