La guerra de Blitzkrieg o "guerra relámpago" de Hitler contra diferentes países de Europa no era un acto de poderío y seguridad de triunfo sino una acción desesperada destinada a evitar el derrumbe económico saqueando a la nación victimada. Hitler sabia de la debilidad de la economía alemana destruida por el tratado de Versalles y la propia política de canivalización de su ministro de finanzas H. Schachs ideada para cumplir sus acuerdos con la banca internacional de encontrar una "solución final" al pago de la enorme deuda de su país. De la guerra relámpago y el saqueo dependía también la "popularidad" de Hitler, especialmente el apoyo de los jefes de la SS que era una especia de ejercito privado tan leal como la guardia pretoriana que asesino a los cesares romanos.
Esa guerra relámpago y sus circunstancias nos evoca el secretario de educación pública Aurelio Nuño quien en un momento de enorme desgaste político del gobierno después de la derrota estrepitosa de su partido en la pasada elección, y en medio de una inminente insolvencia financiera y una mayor devaluación y rodeado de adversarios en el gobierno que quieren "bajarlo del caballo" en la contienda por la candidatura presidencial del PRI, decide lanzar la persecución simultanea contra 24 dirigentes de la CNTE y auditar las cuentas de esa organización en al menos 4 estados, abriendo con ello 3 nuevos frentes además de el de Oaxaca.
Nuño se enfrenta a una organización adiestrada en la estrategia de la guerra irregular y no será un hueso fácil de roer. La guerra relámpago de Nuño motivada también por la desesperación puede salir contraproducente para él y su jefe Enrique Peña Nieto ya de por si debilitado.
