02/May/2024
Editoriales

Crear un problema para cada solución

Construir un puente antes de que exista un río, o sembrar pruebas para culpar a alguien después de cometido un crimen; es crear problemas a posteriori para justificar soluciones a priori, estrategia ancestral de los monarcas con poderes omnímodos.

Existe un cuento celta que dibuja el origen de esta torcedura política: en la isla de Albión -Gran Bretaña- el rey vio que un día aparecieron varias flechas que habían dado exactamente en el centro de un círculo dibujado en los troncos de los árboles.

Asombrado por la habilidad del arquero, envió a sus guardias a localizar a ese súbdito, pues siempre se requiere tener de su lado a alguien con semejante habilidad.

Al día siguiente llegaron sus guardias al palacio real acompañados de un anciano que era el arquero que había disparado las certeras flechas.

_Pensé que serías más joven, le dijo el monarca ¿cuál es tu edad?

_Sesenta y siete años, su majestad, contestó el arquero.

_¿Y siempre has sido tan certero con tu arco? Jamás te he visto pelear por nuestra corona, dijo el rey en tono fuerte.

_No piense mal de mí, su majestad, lo que pasa es que he aprendido que es mejor disparar una flecha y después dibujar el blanco alrededor de ella, un principio que usted debería aplicar en su reinado.

Esa lección política le dio al rey mucho más rentabilidad que si hubiera encontrado a un gran arquero.

De ahí en adelante, la corona pudo deshacerse de sus críticos fabricándoles delitos que posteriormente se los achacaba a ellos