04/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Febrero 4 de 1827: El general Gregorio Arana –hijo de padres españoles- es denunciado como conspirador en favor de España, que buscaba regresar a gobernar México. Esta denuncia fue escandalosa, pues corría la especie de que existía complicidad entre clérigos y algunos militares para revocar la independencia nacional, descubierta con la famosa conspiración del Padre Arenas. 

Había demasiados frentes conspirativos y la prohibición de los partidos políticos, propició que las logias masónicas llenaran el vacío, pero entre las dos logias mayores había desencuentros. El presidente Guadalupe Victoria, que realizaba buen papel, no podía orientar el rumbo político del país, pues los yorkinos aprovecharon el escándalo del padre Arenas para desacreditar a los escoceses de quienes se decía que defendían a los españoles. En el estado de Coahuila y Texas se debatía la Constitución local por el tema de la abolición de los esclavos.

Los texanos, liderados por Austin, querían suavizar la ley de prohibición de la esclavitud, que terminó admitiendo a esclavos ya existentes, prohibiendo sólo la introducción de nuevos, y estableciendo que los hijos de esclavos nacerían en libertad. El 18 de enero anterior, el padre Joaquín Arenas había invitado al comandante general del Distrito Federal y del Estado de México, Ignacio Mora, a sumarse al movimiento que restauraría la soberanía de España. Pero fue precisamente Mora quien denunció la conspiración de Arenas detonando la bomba política que provocó la detención de activistas en Puebla, Veracruz, Durango, SLP, Tlaxcala y Oaxaca. Así se inició el debate nacional en torno de la expulsión de todos los españoles residentes en México. El 23 de febrero de 1827 un Consejo de Guerra declaró culpable al padre Arenas y lo sentenció a muerte, iniciándose una cacería de brujas en donde alcanzaron graves acusaciones los generales españoles de origen, Pedro Celestino Negrete y José Antonio Echávarri, quienes alcanzan a ser detenidos pero demostraron su inocencia y su estatus militar se les regresó. Pero el general Gregorio Arana, que hoy recordamos, fue fusilado, como también el propio Padre Arenas. Qué siglo tan difícil fue el XIX de nuestro país; era un todos contra todos diariamente, por eso nos fue como nos fue cuando el territorio mexicano se le antojó a Estados unidos y a Francia.