25/Apr/2024
Editoriales

EL TERRIBLE LEGADO DE OBAMA

Cada de uno de los programas que llevan la marca del Presidente Obama, comenzando con el Obamacare, no ha traí­do nada más que muerte, destrucción y ruina económica para el pueblo de Estados unidos. Hoy el programa de atención médica Obamacare se está desmoronando, mientras que millones de familias trabajadoras que viven apenas por encima del nivel de pobreza, enfrentan aumentos en sus pólizas de seguro médico que van del 60 al 70 por ciento anual, mientras que se reduce la cobertura que obtienen. Los dizque millones de estadounidenses de los que se jacta Obama que por primera vez tienen un seguro médico, son en su mayorí­a personas cuyos ingresos se han derrumbado hasta el punto en que ahora califican para recibir el Medicaid —el programa público de salud para las personas que viven en un nivel de pobreza— o viven ligeramente por encima del nivel de pobreza y califican para recibir subsidios. Para todos los demás, el Obamacare es un boleto para recibir una atención médica reducida, el empobrecimiento y una muerte prematura posiblemente.

La gente se muere innecesariamente debido a las mentadas reformas a la atención médica que impuso Obama, las cuales fueron hechas por las compañí­as de seguros y para las compañí­as de seguros, las cuales ahora están abandonando el Obamacare porque el programa en su conjunto se está desmoronando y los reembolsos se están reduciendo.

La polí­tica de aplicación de la ley de narcóticos del Presidente Obama, que se inspiró en George Soros y en última instancia en la corona británica, es tan criminal y asesina, si no es que peor. Estados Unidos vive ahora una epidemia de adicción a los opiáceos y de muertes por sobredosis desde que Obama ocupa el puesto. El diario Washington Post ha informado durante los dos últimos dí­as que de hecho el gobierno de Obama, a través del Departamento de Justicia, ha clausurado prácticamente todos los programas sobre drogas dirigidos a las principales compañí­as farmacéuticas y distribuidores de drogas que estaban produciendo sin parar opiáceos sumamente adictivos e inundando el mercado negro directamente, a menudo a través de farmacias en lí­nea que no están reguladas. Según las reseñas del WPost, en el 2015 se escribieron 249 millones de recetas para opiáceos, y las muertes por sobredosis han aumentado a un ritmo de 15 por ciento al año.

¿Se acuerdan de la promesa de campaña de Obama en el 2008 sobre la guerra en Afganistán? Estados Unidos y la OTAN todaví­a están atorados en Afganistán, ocho años después; el Talibán, el Estado Islámico y las redes Haqqani controlan cada vez más territorio, y la producción de opio está por los cielos. De acuerdo a un informe del 23 de octubre de la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Delitos, la producción de opio este año ya es 43 por ciento (mayor que la del año pasado), y alcanza más de 4,800 toneladas. Y la erradicación prácticamente se ha detenido por completo. Oficialmente, la cantidad de opio capturado o erradicado ha caí­do en un 91 por ciento en el año pasado. No es de extrañar entonces que en todo Estados Unidos, los adictos a los opiáceos que ya no pueden conseguir una receta de OxyContin pueden comprar heroí­na en las calles por una cuarta parte del precio.

Obama juega un papel central en la nueva Guerra del Opio contra Estados Unidos, la cual en última instancia se controla desde Londres. No es de extrañar por tanto que el Presidente de Colombia, Juan Manual Santos, quien acaba de recibir una humillante derrota cuando el pueblo colombiano rechazó su podrido acuerdo de amnistí­a con el grupo narcoterrorista de las FARC, viaja ahora para Londres para ser huésped del Palacio de Buckingham para conversar con la realeza británica sobre como salvar el acuerdo con las FARC. Durante los últimos años, en anticipación a la amnistí­a, la producción de coca en la zona controlada por las FARC en el sur de Colombia, también se ha disparado por los cielos.

No se puede dejar de considerar las consecuencias de haber tolerado ocho años de la presidencia de Obama sin tomar en cuenta este saldo de cadáveres. Por cada persona inocente asesinada con las guerra de drones de Obama, supervisada personalmente por el Presidente Obama en sus "sesiones de muerte" de todos los martes en la Casa Blanca, ¿cuántos estadounidenses han muerto a consecuencia directa del fraude del Obamacare y de la inundación del paí­s con estupefacientes ilí­citos?