27/Apr/2024
Editoriales

El vicio

 

 

 

Los vicios pueden ser muy dañinos si uno duda de su existencia, pues pocos aceptan estar en sus manos.

Esta actitud normalmente termina mal.

Sin embargo, hay casos excepcionales en que la persona reconoce que es viciosa, continúa, y algunos casos tienen más o menos buen final.

Un buen maestro de la Facultad gastaba la mayor parte de su salario en alcohol, pero reconocía que, ante su vicio, nada podía hacer, llegando a afirmar una vez: 

_Para lo que me gusta beber, es poco lo que bebo.

En cierta generación trascendió que él era un vicioso. La mayoría concluyó que por eso no entendían bien sus explicaciones, y pidieron cambio de grupo, quedándose semi vacío el salón de clases. 

Luego supe que otro maestro le aconsejó que aprovechara ahora que tenía pocos alumnos para dejar de beber.

Pero su respuesta fue contundente:

_Trabajo para obtener dinero para la bebida. ¿ahora quieres que deje de beber para que pueda trabajar?

El maestro continuó bebiendo y otras generaciones –ignorantes de su problema- sí aprendieron de lo mucho que sabía.

El maestro murió joven.