16/Apr/2024
Editoriales

La rápida toma de decisiones

 

Hay decisiones que se deben tomar después de meditarlas bien, sin prisas, pues corresponden a los aspectos de largo plazo, como qué estudiar, con quién casarse, etcétera. Pero hay otras en las que la velocidad de la toma de decisión es determinante. En Estados Unidos, un tal Gary Klein, que se presenta como experto en toma de decisiones escribió que una vez entrevistó al jefe del departamento de bomberos de Cleveland. Le contó que una vez recibieron petición de auxilio por incendio en una casa de una sola planta. Llegaron varios bomberos al lugar, tiraron la puerta de entrada, colocaron la manguera y ahogaron con agua las llamas de la cocina por lo que el fuego debía extinguirse, pero seguía activo. Volvieron a echar agua sin lograr apagarlo totalmente. Los bomberos se retiraron hacia el comedor y el jefe de la brigada pensando que algo andaba mal, de pronto gritó a sus hombres: ¡Fuera de aquí!

Un instante después de salir de la casa, el piso se hundió, pues el fuego se había iniciado en el sótano. 

El tipo no pudo explicar por qué había gritado que se salieran, llegándose a pensar en el Departamento que “tenía percepción extrasensorial” y que por eso había tenido éxito en su carrera, etcétera. Pero el tal Klein interrogó al bombero para que repasara una y otra vez lo sucedido. Lo primero que se concluyó es que el fuego no se comportaba conforme a lo previsto. Reflexionó que como llevaba las orejeras levantadas pudo sentir que la temperatura era demasiado elevada, y un incendio en la cocina no produce demasiado calor. Otro aspecto es que el incendio no era ruidoso, y tanto silencio no cuadraba con tanto calor. Eran varias las señales de peligro que en el momento no relacionó conscientemente, y su idea del desalojo urgente fue elaborada en el inconsciente. La moraleja es que muchas veces llamamos “intuición” al sentir la necesidad de decidir rápidamente algo y resulta ser lo correcto. Si el jefe hubiera razonado con palabras y dicho a sus bomberos que discutieran por qué había tanto calor si el fuego no era muy grande y por qué no se apagaba la lumbre con el agua, habrían muerto. Así que no estorba hacerle caso a la intuición pues muchas veces se trata de un razonamiento lógico que nuestro cerebro realiza a nuestras espaldas (o mejor dicho en un rinconcito de nuestro cerebro), pero para tener intuición se debe tener experiencia. Ahora sí, lo complicado es saber diferenciar entre intuición y una ocurrencia por desesperación.