06/May/2024
Editoriales

El secreto de don Eugenio Garza Sada

 

Si el ingeniero Eugenio Garza Sada convocaba a funcionarios y empleados de la Cervecería Cuauhtémoc a ser productivos y apegarse a un ‘Ideario Cuauhtémoc’ conocido como ‘Ideario de Don Eugenio Garza Sada’, con 17 recomendaciones de comportamiento personal, todos se ajustaban a él.

 Podría pensarse que lo hacían sólo porque eran empleados de la Cervecería, y lo tomaban como una imposición del mero jefe.

 Pero resulta que don Eugenio también impulsaba esa filosofía de vida en todo el grupo VISA, en donde otros capitalistas participaban e igual aceptaban comportarse como lo solicitaba Garza Sada.

 Alguien también podría decir que la influencia de Don Eugenio en el Grupo era grande, y los demás se sentían obligados a disciplinarse.

 Sin embargo, el ingeniero Garza Sada invertía también en actividades diversas de la economía, como en medios de comunicación -el periódico El Norte y el Canal 6 de Televisión-, y conseguía al menos modificar los esquemas de comportamiento, creando o innovando bocetos de producción que invariablemente daban buenos resultados.

 Cuando se echó a cuestas la tarea de liderar a otros empresarios locales y nacionales para crear el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey -una década después de que se había fundado la Universidad de Nuevo León-, sucedió lo mismo.

 En el proceso de recaudación de fondos económicos para la construcción de los edificios del campus Monterrey, convocó a industriales de la talla de don Carlos Prieto (Fundidora Monterrey), Aarón Sáenz (Azúcar, S. A.), Gastón, Rogelio y Emilio Azcárraga (Televisa), Valentín Rivero (Hilados El Porvenir), Joel Rocha (Salinas y Rocha), Enrique Sada Muguerza (Cervecería y Hospital Muguerza), Manuel Suárez (Hotel de México), Alejandro Cumming (General Electric), Rodrigo Gómez (Banco de México), Onésimo Cepeda Villareal (Distinguido abogado de la Iniciativa Privada), Roberto Pesqueira (Compañía Mexicana de Aviación) y muchos otros que, siendo sus iguales, aceptaron participar en el proyecto bajo su dirección y se comportaron a la altura de la solicitud que les hizo don Eugenio.

 Así que ahora vale preguntar: ¿cuál era el secreto del ingeniero EGS? ¿Por qué todos  atendían sus convocatorias para apoyar sus proyectos? ¿Les prometía grandes utilidades económicas y sociales?        

 No. El secreto de Don Eugenio Garza Sada era que no daba discursos, en realidad huía del protagonismo; planteaba proyectos bien orientados y previamente estudiados y discutidos.

 Adicionalmente todos sabían que los acuerdos se respetaban, es decir, era un hombre de palabra, y confiaban en su honestidad.

 El secreto de Don Eugenio Garza Sada era su liderazgo moral, de acuerdo a su Ideario Cuauhtémoc, y la gente confiaba en él empujando para el mismo lado, pues veían que todos -o casi todos- los proyectos funcionaban.

 La pregunta es: ¿Quién está ahora desempeñando esas indispensables tareas?