03/May/2024
Editoriales

Políticos trapicheros

En la política todo, o casi todo, es posible para conseguir el objetivo. No cabe la lealtad a la palabra ni a los principios; así vemos funcionarios y candidatos que, sin ruborizarse, cambian de opiniones y hasta de partidos con facilidad, aunque aquellas o estos sean exactamente contrarios a sus convicciones o principios anteriores. 

Un ejemplo histórico de estos cambios que en psiquiatría podrían diagnosticarse como bipolaridad, sucedió con Joseph Goebbels, el perverso y fiel adorador de Hitler. 

Sucedió el 22 de noviembre de 1925 que se celebró una reunión del Partido de Hitler que convocó a todos los representantes del norte de Alemania. En esa reunión, Joseph Goebbels se puso abiertamente en contra de El Führer  (Hitler). Era aún el secretario de Gregor Strasser, y en un encendido discurso dijo “Dada la situación, solicito que ese pequeño burgués que es Hitler sea expulsado del partido”. Luego, el 4 de febrero de 1926 Goebbels participó en la reunión de Bamberga, organizada por Hitler para recuperar los dirigentes de izquierda. Pero el discurso tampoco lo convenció y escribió en su diario: “¿pero qué especie de Hitler es ese? ¿un reaccionario? Es inseguro y siempre está como molesto y hasta equivocado en cuestiones esenciales como fue la rusa… fue una de las mayores desilusiones de mi vida. No tengo confianza en Adolf Hitler”. 

Sin embargo, todos sabemos que Goebbels dio un brusco cambio en su opinión y terminó siendo ministro de propaganda de Hitler.

Este es un ejemplo muy utilizado en los cursos de trapicheos del comportamiento humano, y siempre se concluye que se puede cambiar de opinión, pero se debe explicar el porqué de ese viraje, de otra forma es incongruencia, por calificar esa actitud en forma suave.  

Igual sucede con la izquierda mexicana que hoy gobierna, pues cuando aspiraba a hacerlo, condenaba los escándalos de las corruptelas anteriores (Estafa Maestra), y ahora justifica las actuales (Segalmex); los crímenes de estado (Guardería ABC), y ahora minimiza los actuales (migrantes en Chihuahua); los derroches del pasado (La Casa Blanca) y ahora desdeña los viajes fastuosos del titular de la Defensa Nacional).

Y lo mismo está sucediendo en Santa Catarina, en donde el actual alcalde Jesús Nava cuando fue diputado solía denunciar ante las autoridades a mi amiga Teresa Martínez, y ahora la busca para que lo apoye en las próximas elecciones que quiere reelegirse. 

Fuente: (J. Goebbels, Das Tagebuch 1925 – 26, Stuttgart, 1960))