Agosto 28 de 1938: Una fuerte inundación se registra de nuevo en Monterrey, provocando pérdidas de vidas y económicas grandes. Un ciclón sin nombre, pues entonces no se acostumbraba bautizarlos, azotó a Monterrey lloviendo toda la noche, a tres décadas de la histórica y desastrosa inundación de 1909. El río Santa Catarina bramaba y a la altura de las colonias Mirador, Obispado, María Luisa y todo el sector poniente de la Ciudad se inundaron con el meteoro, debido a que se formaba una represa a la altura de la hoy avenida Gonzalitos. El gobernador Anacleto Guerrero afrontó la tragedia que había dejado incomunicada a la Ciudad, pues los caminos y las vías del Ferrocarril se cortaron. Hubo críticas porque nadie podía explicar que no se hubieran tomado medidas para prevenir otro desastre, pero así ocurrió. Después de la gran inundación de 1909 se trató de encontrar una solución construyendo un muro protector de la ciudad que iba de la Calle Cuauhtémoc hasta la Calle de Bravo –hoy 5 de Mayo-, pero fracasó debido a que cuando llegaba mucha lluvia el agua se estancaba por demasiado tiempo pues el mismo muro hacía las veces de represa. Acaso en 1938 existía aún uno de los muros protectores que estaba en la Colonia El Mirador, pero no soportó el empuje del agua, que llegó a destruir a varias casas de lujo. El elemento agua siempre ha sido relevante para nuestra Ciudad, en tiempos de lluvias sobra y en tiempos de estiaje falta. El drenaje pluvial que luego se construyó alivia a la mayoría de las aguas superficiales que se presentan por la amplia superficie de pavimento existente. Sin embargo, a pesar de que la red de ductos de pluvial se ha extendido, la falta de cultura hace que la población tape las alcantarillas con basura y con cualquier lluvia torrencial hay inundaciones. Por otra parte se construyó la Presa Rompepicos que ayuda a disminuir la velocidad del agua que baja por el Santa Catarina pero no es suficiente. Hoy recordamos la inundación de 1938, que aunque fue trágica, hemos padecido otras como las de los ciclones Gilberto y Alex, que fueron más destructivos.
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