28/Apr/2024
Editoriales

Espectáculos, Diversiones y La Feria de Monterrey

La corona española fomentaba el comercio a gran escala con las ferias regionales. Ciertamente no era la única forma de estimular la economía, pero esta permitía además monitorear el talante de los súbditos. En el noreste del virreinato las ferias más famosas eran las de Chihuahua, la de Taos en Nuevo México y la de Saltillo. 

 

Por diversas causas la feria de Saltillo fue trasladada a la Ciudad de Monterrey en 1815, celebrándose durante la segunda quincena del mes de septiembre. Los beneficios para el ayuntamiento eran varios: las concesiones de los entretenimientos, de los juegos y las comidas a los vecinos interesados. Además las rentas de puestos para la vendimia, así como los espacios para aparcamiento de animales en la Plaza de los Arrieros, hoy Plaza de la Purísima. 

 

La sede de la Feria de Monterrey era el área cercana al Palacio Municipal. En los arcos se instalaban las muestras de los productos que venían de todo el Noreste, y en la hoy Plaza Hidalgo se ofrecían animales vivos, para que en la actual Plaza Zaragoza se montaran el ruedo para las corridas de toros y las carpas de los espectáculos.  

 

Con las ferias se activaba la economía local

 

En las casas amplias se instalaban hostales y fondas provisionales, pues venía gente de las provincias vecinas interesadaen las atractivas corrridas de toros siempre con buenos carteles, las maromas con exhibiciones ecuestres y acrobacias en general. No podían faltar en las carpas los cómicos y los grupos musicales tocando instrumentos de cuerda como guitarras, guitarrones, charangos, y tercerolas.  

  

La Feria de Monterrey fue popular durante casi todo el Siglo XIX. Para los años setenta de ese siglo, se movió a las Plazas del Roble, del Colegio Civil, de la Purísima y a la Plaza de Guadalupe, en la actual colonia Independencia. Era pues, una feria dispersa que cubría toda la Ciudad. 

 

En 1880 el gobernador Viviano L. Villarreal, con el apoyo del presidente Manuel González, organizó la Primera Feria Industrial de Monterrey. A ella se invitó a los empresarios norteamericanos y europeos, exponiéndose 461 productos elaborados en la región noreste. Esta nueva versión sustituyó a las tradicionales ferias de Monterrey, y hubieron de pasar ocho años, hasta 1888, cuando el gobernador Bernardo Reyes con apoyo del presidente Porfirio Díaz, celebraría la segunda Feria Industrial, y en 1910 hubo una tercera, pagadas por el Gran Círculo de Obreros. 

 

A eso se debió que, al triunfo de la Revolución, la Feria Industrial se considerara un elemento más de explotación porfiriana y se canceló. Posteriormente hubo un par de intentos fallidos en los años cincuenta y setenta, pero no se consolidaron para rescatar esa tradición. 

 

La Feria de Monterrey y la temporada de lluvias

Fue hasta la administración del alcalde Sócrates Rizzo (1989-1991) cuando regresó la Feria de Monterrey teniendo como sede el Parque Niños Héroes -antiguo Campo Militar- y las siguientes dos ferias, ya en terrenos de Ciudad Deportiva de Monterrey -Avenida Churubusco- con juegos mecánicos y de azar, antojitos y golosinas, además de grandes conciertos con músicos de moda. El precio de la entrada era de diez pesos, con derecho a disfrutar de todas las instalaciones incluyendo los juegos mecánicos.

 

Sin embargo, como las fechas de la Feria de Monterrey coinciden con la de fundación de la Ciudad -el 20 de septiembre-, pero también con la época de lluvias, desluce su celebración. Muchos regiomontanos tenemos esperanzas de que regrese la otrora famosa Feria de Monterrey, que fortalece nuestra identidad cultural.    

 

 

TEATROS

 

Durante toda la época colonial y la mitad del Siglo XIX, las obras de teatro se montaban en carpas itinerantes, mientras las obras religiosas eran representadas en los atrios de los templos. Posteriormente hubo otras presentaciones en el Hotel Iturbide y en el Salón de Actos del Antiguo Palacio de Gobierno (Escobedo y Morelos). 

 

Fue hasta el gobierno de Santiago Vidaurri cuando, con inversión privada, se construyó el primer teatro de la Ciudad. En 1857 fue inaugurado el Teatro Progreso, que se utilizaba para actos cívicos, obras dramáticas, cómicas, operísticas y de zarzuela. Cierto que la mayoría de los asistentes eran de clases acomodadas, pues el acceso a la cultura siempre ha sido oneroso. 

 

El Teatro Progreso estaba en la calle de Escobedo que se nombraba “del Teatro”, entre las de Padre Mier y Matamoros. Sus instalaciones eran buenas; contaba con luneta, platea, palcos y galería, aunque en la mitad del primer piso las bancas eran simples tablones de madera. Su construcción era sencilla; en planta baja había siete arcos sin moldura y en la superior igual número de ventanas. 

 

Ahí se realizó en 1864 la recepción del presidente Juárez. En 1882 se presentó Angela Peralta, capitalina, ‘primera soprano mexicana de talla internacional’. También se presentaron obras de los grandes autores como Alejandro Dumas, José Zorrilla y de locales como Enrique Gorostieta. 

 

En el año de 1882 el teatro Progreso fue el primer edificio en utilizar luz eléctrica, pero se incendió el 8 de septiembre de 1896. Un año antes, en 1895 se presentó una obra llamada Una Excursión en Ferrocarril, autoría de Ignacio Morelos Zaragoza con música de Manuel María de Llano, no el alcalde y gobernador que ya había muerto, sino tal vez de algún descendiente.   

 

 

Posteriormente se construyó el Teatro Juárez, inaugurado el 15 de septiembre de 1898, y El Independencia, abierto al público el 15 de septiembre de 1910. 

 

Los teatros más concurridos en la Ciudad durante las décadas de 1920 a1940, eran El Zaragoza, El Progreso (otro teatro con el mismo nombre, que funcionó de 1904 a 1931), El Lírico, El Obrero y El Rodríguez, que presentaban obras cómicas y satíricas. 

 

El 27 de junio de 1931, el Teatro Progreso se incendió. Había sido construido en 1904 por la sociedad Hermanos Adolfo y Antonio Rodríguez. Estaba situado en el mismo lugar donde posteriormente se edificó el Teatro Elizondo, mismo que fue demolido en 1982, y su terreno es parte de la Gran Plaza o Macroplaza de Monterrey. 

 

La Opereta era el género de moda, y las más populares eran El Soldado de Chocolate, La Viuda Alegre, La Princesa de Balcanes, también se presentaban zarzuelas como “La Marcha de Cádiz”, “La Fiesta de San Antón”, “Gigantes y Cabezudos”.  

 

Asimismo, la temporada de una compañía abarcaba de ocho días a tres meses, según la aceptación del público. El cuadro artístico del Círculo Mercantil Mutualista de Monterrey efectuaba, en plan de aficionados, algunas representaciones de comedia. 

 

En la actualidad los teatros más representativos de este arte en la Ciudad son: El Versalles, El Nena Delgado, El Alameda, El María Teresa Montoya, El del Seguro Social, y el Teatro de la Ciudad, que mantienen con vida esta importante expresión de las bellas artes. 

 

ARENA MONTERREY 

 

El gobernador Fernando Canales Clariond anunció el 1° de junio de 2001, que con inversión privada se retomaría el proyecto de construir una Arena multifuncional en el área del Parque Fundidora. 

 

Esta Arena desplantada en un predio de naturaleza pública, terminó siendo privada -o concesionada- y, para fines de 2003 se inauguró con el concierto del popular canta autor Juan Gabriel. Para 2005 ya era sede de “la cuarta generación de la Academia”, concurso organizado por TV Azteca para encontrar nuevos talentos en el canto. 

 

En La Arena Monterrey se han presentado Def Leppard, Beyoncé, Demi Lovato, Mariah Carey, Jonas Brothers, Bruno Mars y Katy Perry, entre otros artistas de talla nacional e internacional. La cantante Jenni Rivera dio su último show en ese escenario en 2012, para luego fallecer en un accidente aéreo. 

 

Desde que abrió sus puertas hasta que la pandemia del Covid 19 forzó su suspensión de actividades, recibió más de 20 millones de asistentes. Su capacidad es de 17 mil 599 personas sentadas, y su versatilidad permite ser escenario de espectáculos deportivos como basquetbol, lucha libre, futbol (americano) arena, futbol rápido, Munster trucks, y conciertos musicales. 

 

AUDITORIO COCA COLA, LUEGO BANAMEX Y CITY BANAMEX 

 

El Auditorio Coca-Cola ubicado en el  Parque Fundidora fue uno de centros de espectáculos más reconocidos de Latinoamérica durante los trece años que operó al aire libre. Luego de ser remodelado se inauguró como un recinto completamente cerrado y climatizado con capacidad de dos mil 500 hasta 8 mil personas. 

 

Se reinauguró con la actuación del cantante de Vicente Fernández, cambiando su nombre por el de Auditorio Banamex. Se han presentado artistas de renombre como: Bunbury, Miguel Bosé, Camila, Britney Spears, Enrique Iglesias, Iron Maiden, Luis Miguel, Rammstein, Zoé, Interpol, The Strokes, Slayer, Caifanes, Alejandra Guzmán y Moderatto, Gloria Trevi, Duelo y Encuentro Mundial de Valores, Emmanuel, Franco de Vita, Yuri, La Leyenda, Pesado, Los Claxons. Los espectáculos internacionales de: A Muse, The Ilusionists y Fire of Anatolia, entre otros.  

 

PABELLON M 

 

El Auditorio Pabellón M es parte del complejo Pabellón M desarrollado por el Ingeniero Salomón Marcuschamer, y diseñado por el Arquitecto Agustín Landa. Es tan moderno que cuenta con el equipo de sonido K2 de L’Acoustics, un modelo del que sólo existen cinco en América Latina.  

 

Son ocho mil metros cuadrados de recubrimiento acústico y un foso de orquesta con sistema de elevación mecánico, y tramoya automática de 36 varas. La distancia entre el escenario y la última butaca es de 42 metros. 

 

Pueden presentarse espectáculos como  conciertos, obras de teatro, musicales, conferencias, proyecciones cinematográficas, eventos infantiles, entre otros.  

Su capacidad es de mil y hasta 4 mil 266 personas. El Auditorio Pabellón M se inauguró el 30 de agosto de 2016 presentando al grupo mexicano Maná. 

 

 

OTROS LUGARES 

 

En los Jardines del Parque Fundidora también se presentan festivales como el Tecate, el pal'Norte y otros de esa naturaleza, con múltiples escenarios y el público acude a los espectáculos. Se instalan restaurantes no permanentes, juegos, y otros entretenimientos como si fuese una feria. Algunas personas se oponen a estos eventos por los excesos en daños a la vegetación y al consumo de alcohol que se traduce en problemas para las instalaciones del parque y en peligros para los usuarios normales del bosque -familias, deportistas y turistas-.

 

En un pequeño auditorio operado por la CROC, que se encuentra sobre la avenida Félix U. Gómez se presentan algunos espectáculos populares. La Plaza de Toros Monumental Monterrey, además de servir para la fiesta brava, se utiliza para conciertos y otros espectáculos artísticos. 

  

Eventualmente los estadios deportivos también han sido utilizados para presentar espectáculos artísticos y hasta eventos políticos. Pese a que los primeros espectáculos teatrales estaban reservados para los más pudientes de la ciudad, siempre hubo carpas para las clases populares que iban atraídos por las comedias. En ese sentido, el actual teatro regional es casi totalmente cómico. 

 

Por su parte, la música clásica se reserva para los teatros públicos o universitarios mientras que en los demás, incluyendo los auditorios, presentan música popular o de moda. Desde siempre, los espectáculos públicos han sido necesarios para una vida sana, el espíritu requiere espacios para surcar el cielo interior y para disfrutar la compañía de personas con gustos afines. 

 

FUENTE 

 

Adriana González Máiz, Cien años de vida cotidiana, UANL 

José P. Saldaña, Estampas antiguas de Monterrey, UANL 

http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020082004/1020082004.PDF 

http://www.auditoriopabellonm.com/ 

https://www.parquefundidora.org/