18/Apr/2024
Editoriales

Nahui Olin

El general Manuel Modragón fue un hombre de armas. Egresado del Colegio Militar de Chapultepec destacó por su inteligencia aplicada al armamento, al grado que modificó el fusil francés Saint Chaumond mejorando su funcionamiento y desde entonces su apellido se suma a la marca para terminar siendo Saint Chaumond-Mondragón. Fue autor de varios ibros especializados en armas que fueron de texto obligatorio en su Alma Mater, y alcanzó a ser secretario de guerra y Marina en el gobierno de Victriano Huerta. Reconocido por su capacidad académica, inventó la que se creía era su más importante arma: el “Fusil Mondragón”, un rifle autocargable que daba un ritmo de fuego de 60 tiros por minuto. 

Sin embargo, después se concluyó que no, que el arma más letal que creó se llamaba Carmen Modragón, su hija, quien fue conocida como Nahui Olin (1894-1978). Ella fue una gran pintora y poetisa que es considerada como una de las mujeres creadoras más importantes de la primera mitad del siglo XX. Era un torbellino de energía y de pasiones; casó con el pintor Manuel Rodríguez Lozano y fue el amor más importante del Dr. Atl. Su bellleza la llevó a modelar para los pintores y fotógrafos más importantes de su tiempo. El poeta tabasqueño Carlos Pellicer (1897-1977) escribió que siendo apenas preparatoriano, admiraba mucho al Dr. Atl y fue a verlo pintar en el ex convento de San Pedro y San Pablo. Como era domingo y hora de almorzar no había gente, pero estando el zaguán abierto, entró porque se oía una gritería, así que permaneció oculto pero escuchando todo. Los gritos e insultos provenían de una bellísima mujer que se apellidaba Mondragón y que era el gran amor de Atl. Ella le estaba reclamando alguna cosa por motivo de celos, pero en forma explosiva. El pintor estaba arriba de un andamio pintando tranquilamente un mural y ella desde el pie de la estructura lo insultaba feo. El apellido Mondragón es francés. En cierto momento, cuando la perorata estaba en su punto más álgido, ella le gritó: _¡Te voy a comer los hígados!. Y él le contestó sereno, quedo y en francés: _Oui, mon Dragón. Pellicer se doblaba de la risa contando esta anécdota. 

 

145 Nahui Olin. Una mujer  de los tiempos modernos. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Instituto de Bellas Artes, 1992, p. 82.