06/May/2024
Editoriales

Los Beatles congelados

Debido a que en nuestra región las bajas temperaturas no son comunes, vemos las fotografías de paisajes helados sin darles mucha importancia, sin embargo, hay naciones en donde las heladas son algo común. Tal es el caso de Inglaterra, y me referiré a una anécdota del gran conjunto musical de Liverpool, Los Beatles, que tienen en su haber muchos récords artísticos e historias de éxito entre sus seguidores. 

Pero como todos en la vida, también pasaron momentos difíciles, que pasado el tiempo se convirtieron en anecdóticos, como el sucedido la noche del 23 de enero de 1963. El cuarteto regresaba de Londres, a donde habían ido a tocar lo que resultó ser un exitoso concierto. Todo iba bien, sólo que al ir por carretera rumbo a Liverpool, los cuatro viajaban en una vieja camioneta de su propiedad, que era conducida por Mal Evans, un técnico en comunicaciones, amigo de Neil Aspinall (compañero de escuela de George Harrison y Paul McCartney), porque ya ninguno de ellos conducía pues su carrera empezaba a descollar y pensaban que se verían mal moverse sin chofer, además ellos debían actuar en su bar de base, The Cavern, al día siguiente.

Pues resulta que, a medio camino, con una temperatura glacial típica del invierno en Gran Bretaña, se rompió el vidrio delantero de la camioneta. Como no podían quedarse a esperar que amaneciera porque, además del compromiso, el frío estaba muy fuerte, así que se fueron amontonados los cuatro en el asiento trasero dándose calor unos con otros, mientras Mal Evans se colocaba una bolsa de plástico en la cabeza, con un agujero para ver la carretera, como una forma de no congelarse. 

Así llegaron a casa y Evans se llevó la camioneta para arreglarla, misma que luego la regresó ya con parabrisas nuevo. Ese acto fue suficiente como para que Mal Evans tuviera trabajo con el conjunto inglés por muchos años más, y que el mundo disfrutara la música genial de los Beatles.