Aunque las esperanzas de todos aquellos que están inconformes con la situación en que se encuentra nuestro país están cifradas en el 2018, en las elecciones presidenciales que tendrán lugar ese año, hay que tomar en cuenta que todavía faltan unos 20 meses para esa fecha y que en ese lapso de tiempo muchas cosas pueden ocurrir. Empezando con que la caída de la economía parece imparable y en este último trimestre el crecimiento fue de menos de o por ciento, 3 décimas de decrecimiento.
De ahí se derivan, entre otras cosas, el aumento de la informalidad donde el desempleo se redujo de 4.1% en junio a "solo", 3.9% en junio pero transformándose en informalidad, ya que, según el INEGI, las personas que recurrieron a la economía informal para poder sobrevivir fueron 312 mil más que se sumaron a las que ya existían. Como resultado de esto los llamados "delitos del fuero común", tales como robos simple, robo a casa habitación, robo a negocios o robo de automóviles, aumentaron entre 20 y 60% en los distintos estados de la republica durante los primeros 6 meses del año.
Estos delitos que son atribuibles a la falta de empleo y la desesperación económica se vieron acompañados por el aumento en un 15.7% en los "delitos de alto impacto" o asesinatos, más de 7,770 en lo que va del año, la mitad de los cuales puede atribuirse al crimen organizado, es decir, fueron ejecuciones. La conjunción de del desplome de la economía con el aumento de los delitos y el crimen no es accidental, pues "van junto con pegado" y en casi dos años que faltan para el 2018, más la espera de 6 meses más hasta diciembre de ese año en que entrara al {poder el nuevo gobierno, pueden ser demasiados. Urgen medidas emergentes para detener el deterioro de nuestra economía y la descomposición social.