20/Apr/2024
Editoriales

1979

 En el año de 1979 buscaba yo presidir el Colegio de Ingenieros Civiles del Estado y lo conseguí. Mi empresa estaba en uno de sus mejores momentos y el auge económico auspiciaba la diversificación en los negocios. Poco más de tres décadas de vida y una de ejercicio profesional me abrían posibilidades de crecimiento. Cuando una persona crece normalmente lo hace en todo, ya tenía tres hijos, había dejado el tabaco, empezaba a leer libros que no eran de Ingeniería, y daba mis primeros pasos en política. Ese tiempo promisorio pronto pasaría, pero en aquel momento había circunstancias inéditas que entusiasmaban. Veamos.

La NASA lanzó dos sondas Voyager rumbo a Júpiter… y a las estrellas, calculándose que llegarán a la más cercana de la Tierra hasta dentro de ¡40 mil años! (4 años luz), esquema que nos dejaba boquiabiertos a los neófitos en astronáutica, generando bromas del tipo “Memes” que hoy son comunes, pues decíamos a proveedores: “te pago nomás regresando el cohete Voyager”. En México, el presidente López Portillo recibió a su homólogo del norte Jimmy Carter luego de que, por un siglo y medio de fingir demencia, Estados Unidos se dio cuenta que existía México.

JLP le dijo que la interrelación entrambas naciones no debía confundirse con dependencia ni dilución de las fronteras; México confirmaba su vecindad favorecido con una recíproca amistad que entrañaba buena voluntad, trato respetuoso, justo y digno. Carter dijo que no se debería seguir el camino de la arrogancia o de la subordinación, sino el de la dignidad con respeto mutuo y paz. Buscaba suavizar la ruda historia de las relaciones entre las dos naciones vecinas. Esa reunión bilateral no fue fácil para JC porque JLP se desenvolvía con gran maestría, apoyado en su capacidad retórica, notándose mucha diferencia entre ellos. México estaba a la ofensiva, pues recién entraba al reducido grupo de naciones exportadoras de petróleo y Carter venía por combustible que les urgía. En julio murió el expresidente Gustavo Díaz Ordaz, y en su discurso póstumo, JLP dijo que don Gustavo había sido un hombre con H mayúscula al tomar decisiones históricas en forma responsable y digna. Para ese momento ya se había superado la crisis de gabinete en el Gobierno Federal que terminó en la renuncia de tres secretarios de estado: el de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, el de Programación y Presupuesto Ricardo García Sáenz y el de Relaciones Exteriores, nuestro paisano Santiago Roel García.

En Nuevo León hubo elecciones para gobernador que ganó don Alfonso Martínez Domínguez y con él se potenciaron las posibilidades de negocios al emprender obras gigantescas como la Macroplaza y el Plan Hidráulico de traer agua de Linares. Con gobiernos de ese calibre, la Iniciativa Privada invirtió en obras y rubros impensables, creándose cualquier cantidad de empresas nuevas. No podemos regresar el tiempo, y desde luego que después vinieron cosas desagradables que nos postraron ante las tragedias sociales, económicas y políticas. Sin embargo, mi memoria no registra que en aquellos tiempos padeciéramos angustias por la inseguridad en las calles y carreteras. No quiero ni debo hacer comparaciones entre quienes gobernaban antes y los de ahora, pero sí añoro aquella sensación de poder mandar a la familia sola por carretera al rancho o a McAllen sin preocupación por su seguridad. Confieso que me gustaría regresar al año 1979.