29/Mar/2024
Editoriales

Los Grandes Gobernadores de Nuevo León. Luis M. Farías, primera parte

 

 

La renuncia del gobernador Eduardo A. Elizondo cimbró al sistema político nacional, pues Nuevo León es una entidad muy importante. No se podía sólo cubrir el expediente nombrando en su lugar a un segundón de gobernador interino. No. Para sustituir a Elizondo el Congreso del Estado eligió al senador Luis M. Farías, uno de los grandes políticos mexicanos, el único legislador que en su momento fue dos veces líder mayoritario en la Cámara de Diputados federales. Farías aspiraba, como corresponde a los políticos de gran calado, a gobernar su tierra por todo un sexenio completo, sin embargo, llegó al sitial que quería, pero sólo por 2 años.  

Luis Marcelino Farías Martínez, nacido en Monterrey el 7 de junio de 1920, fue hijo de José F. Farías y Benedicta Martínez, originarios de Coahuila. El niño Luis cursó sus primeros estudios en el Colegio Franco Mexicano de Monterrey, para después estudiar en Eagle Pass, Texas, donde asimiló cómo se habla y piensa en inglés, y de allí se fue a realizar en Torreón estudios comerciales. Su inteligencia nunca pasaba desapercibida pues desde su niñez desarrolló el gusto por la lectura y la oratoria.

 

El liderazgo estudiantil de Luis M. Farías

Para continuar estudiando con miras a terminar una licenciatura, el joven Farías se inscribió en la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México y después estudió leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México. Para ese momento, Luis M. Farías ya se había formado como todo un líder juvenil discreto, sin muchos aspavientos ni posturas radicales. En 1941 fue presidente de su generación de estudiantes de la Facultad de Derecho, y su fino liderazgo político sorprendía siempre a propios y extraños como cuando, sin contar con padrinazgo alguno, presidió la Federación Nacional de Estudiantes Universitarios. 

 

Sus inicios en el oficio de locutor de la radio

El joven Farías mostraba a cada paso que daba, una categoría y un temple admirable. A sus 17 años fue llamado por su elegancia en la oratoria, a ser locutor de la estación XEBZ, y después en Radio Universidad, descubriendo allí su vocación por los micrófonos. En 1947 se graduó de abogado, pero dado su notable desempeño en la radio, le ofrecieron trabajo de locutor nada menos que en la XEW –“la W grande de México”- donde además se inició en el mundo del sindicalismo. Sus compañeros lo eligieron secretario del trabajo y conflictos en el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la XEW de 1943 a 1945. Y al término de su gestión fue secretario general de ese mismo órgano sindical por seis períodos, desde 1945 hasta 1956.

 

Su familia, la televisión y el liderazgo latinoamericano

En 1947 –recién graduado de abogado- casó con la señorita María Emilia Mackey Velázquez, con quien procreó a sus hijos María Emilia, Luis, Ana María, Francisco, Marcela, María Guadalupe, Patricia, José Antonio y Gustavo Farías Makey. El siguiente paso lo dio en 1950 apareciendo a cuadro en el Canal 2 de Televisa donde, por ocho años, editorializaba y conducía algunos programas importantes. Como ya se había vuelto costumbre, al fundar en 1951 la Asociación Nacional de Locutores lo eligieron presidente hasta 1954 y un año después, en 1955, presidió también la organización de locutores equivalente a nivel Latinoamericano.

 

Ahora su nombre ya era popular en todo el país no solo en la Ciudad de México. Su timbre de voz era ad hoc para los micrófonos, su imagen registraba bien en la pantalla y su amplia cultura potenciaba sus participaciones públicas. Luis M. Farías continuó con sus programas radiofónicos que no sólo manejaba con gran naturalidad, sino que los disfrutaba y los radioescuchas lo apreciaban. Ante cualquier circunstancia no prevista, mostraba su permanente buen humor, pues no es indispensable comportarse protocolariamente para conseguir el respeto. Anécdotas hay que parecían no tener salida digna, pero Farías siempre supo salir incólume.

 

El negocio del doblaje de películas norteamericanas

Sin dejar sus programas de radio, de 1946 a 1955 fue secretario general del sindicato de empleados y artistas de la Cadena Radiodifusora Mexicana, consiguiendo las primeras prestaciones para sus agremiados. Luis M. Farías, dueño de una de las voces más propias y conocidas del país, era muy solicitado para que doblara al español películas en inglés producidas en Estados Unidos. Y de esas fueron decenas. 

 

El ingreso de Farías al PRI le permite ser diputado por primera vez

Así que todo estaba listo para el inicio de una gran carrera política. A pesar de que en 1940 apoyó a Almazán cuando competía por la presidencia en contra de Manuel Ávila Camacho, candidato del Partido de la Revolución Mexicana, Farías ingresó al PRI en 1951. Ya incorporado al priísmo, fue candidato y luego diputado federal por el 16° distrito electoral del Distrito Federal para el periodo 1955-1958. En esa legislatura presidió la Comisión Permanente –comisión que suple al pleno en los largos periodos de receso- y la de Radio y Televisión. Además, formaba parte de las de: Bellas Artes, Estudios Legislativos y Puntos Constitucionales. 

El dedicado legislador Luis M. Farías estuvo al pendiente de todas las leyes, iniciativas y modificaciones que tuvo la legislación vigente. Presentó y defendió su iniciativa de ley sobre la obligación que tienen todos los autores, editores e impresores del país de enviar a las bibliotecas Nacional y del H. Congreso de la Unión dos ejemplares de los libros de toda clase, periódicos y revistas que publiquen. Además, su dominio del idioma inglés le convirtió en actor relevante en el desarrollo de numerosos eventos internacionales.

Al término de su legislatura llegó al poder Adolfo López Mateos (1958 – 1964), quien lo designó director general de información de la Secretaria de Gobernación, y como es fácil de imaginar, en este periodo las relaciones entre los medios de difusión y el estado mexicano mejoraron sustantivamente. Después fue nombrado oficial mayor del Departamento de Turismo de 1964 a 1967, y una década después regresó a Gobernación para asumir la dirección general del periódico El Nacional, de 1977 a 1979. 

 

Su segunda diputación y primer liderazgo en la Cámara de Donceles

Regresando a su carrera política, Luis M. Farías volvió a ser electo diputado federal, de 1967 a 1970. Esta vez por su tierra natal Nuevo León, alzándose con la victoria en el II distrito electoral federal del Estado, el distrito más grande del país, con cabecera en Sabinas Hidalgo. Asumió desde el inicio de la legislatura el liderazgo mayoritario de la Cámara de Diputados Federales siendo este uno de los momentos más importantes de su carrera política, pues hubo de defender al presidente Díaz Ordaz de los hechos sucedidos en la Plaza de Las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968. 

 

El problema de 1968

Para ello, haciendo uso de todos sus recursos dialécticos, sostuvo ante sus colegas diputados federales y ante los medios de comunicación nacionales e internacionales, la versión oficial de los hechos: que los primeros disparos provinieron de los manifestantes, fueran infiltrados cubanos, agitadores, o los propios estudiantes y el ejército reaccionó ante la agresión. Además, ante un hecho de armas, el estado tiene la obligación de hacer subsistir el marco de derecho. Si el tema se complicó políticamente, pudo ser mucho peor si Farías no defiende con su fina oratoria a Díaz Ordaz.

Desde luego que hubo una crisis política. El estado mexicano se estaba desprestigiando ante la opinión pública mundial que observaba los hechos por estar a punto de inaugurarse los Juegos Olímpicos México 1968. Pero el gobierno de Díaz Ordaz fue firme y no cedió en su postura de hacer prevalecer el orden. Sin embargo, estos hechos son, además de lamentables, un hito en la historia nacional, pues semejante carnicería de estudiantes -la mayoría inocentes-, no tiene parangón en los tiempos modernos, y marcaron, no sólo al gobierno de Díaz Ordaz, sino a toda la nación, pariendo a una nueva generación de líderes políticos que abanderaron las causas populares.

 

Farías traducía los diálogos del inglés al español para Díaz Ordaz

Abro paréntesis para comentar que aún así, el sistema político consiguió que en 1970 el PRI ganara la siguiente elección con Luis Echeverría de candidato, a pesar de los juveniles desprecios y tomatazos en su visita de proselitismo a la UNAM. Cierro paréntesis. Regresando a Luis M. Farías, es innegable que su cercanía al presidente Díaz Ordaz fue muy grande. Tanta confianza le tenía el poblano que se hacía acompañar por Farías a los eventos internacionales para mostrar la unidad de los poderes de la nación, y para que, algunas veces fuera su traductor personal, sobre todo en la Reunión Interparlamentaria México - Estados Unidos.

 

Luis M. Farías, senador por Nuevo León

Así que, en 1970, el sistema político mexicano liderado por el Presidente de la República, ponderó los méritos y el liderazgo de Farías, postulándolo en 1970 como candidato del PRI al senado de la república por el estado de Nuevo León. Este honroso cargo que Farías esperó por años, hubo de quedarse a medio terminar al ser designado gobernador sustituto. Sin embargo, el tiempo que estuvo en el Senado lo empleó para participar con energía en los proyectos de reconstrucción del tejido social vulnerado por la multi mencionada matanza de estudiantes en 1968. 

Luis M. Farías defendió desde la alta tribuna del Senado mexicano, la autonomía total de las universidades. Sus antecedentes de haber sido un reconocido líder estudiantil, le daban una perspectiva diversa a la que tenían otros políticos. El problema universitario no se resolvería en aquel momento, y tendría que enfrentarlo de nuevo en su estado natal, uno de los más convulsionados en esa materia. Continuará…

 

Fuentes:

Asociación Nacional de Locutores

Cámara de Diputados Federales

Cámara de Senadores