Hace apenas tres décadas que ucranianos y rusos pertenecían a una misma nación, la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, pero en la era Gorvachov, como resultado de su política basada en la perestroika y el glasnot se disolvió esa federación de repúblicas soviéticas y se crearon 15 nuevos países que surgieron del territorio soviético, entre ellas Ucrania. 

 A partir de entonces, algunas las nuevas repúblicas ubicadas al oriente de Rusia se integraron a la Unión Europea y hasta formaron parte de la OTAN.

 Con el ascenso de Vladimir Putin al poder, las ambiciones expansionistas del gobierno ruso se hicieron presentes y este 24 de febrero se cumplirá un año de la invasión a Ucrania para apoyar a los separatistas de la región de Donbás, integrado por las provincias de Donetsk y Lugask.

 Sin embargo, el conflicto entre ambas naciones dió inicio en 2014, cuando las tropas rusas invadieron y se posesionaron de la península de Crimea, en el Mar Negro. Desde entonces, la economía rusa ha estado en situación crítica con algunos altibajos, en virtud de las sanciones económicas que le han impuesto, desde 2014, los países miembros de la OTAN, mismas que se han recrudecido con la invasión iniciada hace un año. La economía ucraniana está totalmente devastada.

 A la fecha se habla de más de 42 mil fallecidos, alrededor de 60 mil heridos, 14 millones de desplazados y 140 mil edificaciones destruidas.

 La reciente visita de Joe Biden a la ciudad de Kiev para ofrecer apoyos económicos y militares será un respiro para el gobierno de Ucrania, pero para el Kremlin representa una seria agravante. Ahora veremos la reacción de Vladimir Putin. 

 La guerra ha afectado las cadenas de suministro de la industria en gran parte del mundo, lo que ha propiciado una escasez de productos y de hidrocarburos, por lo que la inflación que prevalece en gran parte de los países, incluida la nuestra, se debe, en parte, a este conflicto bélico. 

  Todos esperemos que la diplomacia avance más rápido que los ejércitos en la solución de este conflicto que amenaza la paz mundial.