30/Apr/2024
Editoriales

Un juzgador corrupto

El ex ministro Arturo Zaldívar está en problemas porque una denuncia anónima fue presentada en su contra por tráfico de influencias, corrupción, extorsión, enriquecimiento ilícito, acoso sexual y laboral, cohecho y un montón de delitos más durante su gestión como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y no está solo, pues también acusan a cuatro altos mandos del Poder Judicial de la Federación y del gobierno federal que supuestamente presionaron a más de 70 jueces y magistrados para conseguir resoluciones favorables en 18 casos emblemáticos para el presidente López Obrador. 

 No sabemos en qué vayan a parar estas misas, pero de que Zaldívar está en aprietos, lo está. Este tema no es nuevo, me permitiré recordar un viejo cuento que habla de:

 Un experto empresario esperaba hablar con el juez que fallaría en una demanda millonaria que había interpuesto contra una gran planta industrial, por daños y perjuicios.

 

Se abre la puerta y aparece el juez.

 

_Bien, hoy dictaré una sentencia. ¿si le fuera favorable cómo agradecería esa decisión?

 

_Señor, con el riesgo de que usted se moleste, yo le ofrecería la mitad de la cantidad autorizada

 

_¿He dicho yo que hoy dictaré una sentencia? Preguntó el juez como despertando de un sueño. Dios mío ¿qué me pasa? Lo que quería decir es que he fallado favorablemente a usted por la cantidad completa solicitada.

 

_¿Dije yo que daría la mitad? Dijo el empresario. Dios mío, lo que quise decir es muchas gracias.

 

 

 

Cuento de  Ambrose Bierce, versión libre mía