03/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 31 de 1947: se crea, por decreto del gobierno del estado la Ley de Protección a la Infancia, que establece las guarderías en apoyo a las madres que trabajan y no tienen en dónde dejar a sus hijos. Esta corriente de ideas y acciones concretas viene desde 1919, cuando la Sociedad de Naciones (SDN) creó el Comité de Protección de la Infancia. Cinco años después vino la Declaración de Ginebra, con el primer texto internacional sobre los derechos específicos del niño, inspirado en Janusz Korczak, el padre de los derechos del niño. Después llegaron más avances: en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que estipula que “la maternidad y la infancia tienen derecho a una ayuda y a una protección especiales”. En 1959 (doce años después del decreto neoleonés) la ONU adoptó la Declaración de los Derechos del Niño. Luego, en 1979, Año Internacional del Niño, impulsó que los derechos del niño se concreten en varios países.  Desde 1961, con el presidente Adolfo López Mateos, se creó en México el Instituto Nacional de Protección a la Infancia, impulsado por la señora Eva Sámano de López Mateos, quien no descansó hasta que en enero de ese año debutara este INPI con patrimonio propio para suministrar a los niños servicios asistenciales como los desayunos escolares, que ya se habían iniciado con el presidente Ruiz Cortines. Pero fue hasta 1975 con el cambio de nombre a IMAN -Instituto Mexicano de Asistencia para la Niñez- que terminó sumándose al proyecto del DIF que sigue vigente dedicado a fomentar el desarrollo integral de la familia, en donde el Niño es el principal beneficiado. Hoy día, el DIF tiene servicios modernos y apoyos sociales a las familias que menos tienen, lo que ha servido de mucho en tiempos de escasez económica. Es un gusto ver que Nuevo León siempre va a la vanguardia nacional en las estructuras de índole social que permiten un desarrollo equilibrado de los neoleoneses.