04/May/2024
Editoriales

Estados Unidos también se equivoca

El dicho de que “Después de Dios, los gringos” es una exageración, pues ciertamente Estados Unidos es un país muy bien organizado, pero también se equivocan. En abril de 2010 en Nueva Orleans explotó una plataforma marina, que costó once vidas humanas y diez y siete heridos graves, más un grave daño ecológico en el Golfo de México.  

Por haber sido en Estados Unidos, poco se recuerda. Sin embargo, cuando a México le explotó en 1979 el pozo petrolero Ixtoc 1 quemando y derramando petróleo al mar, hubo feroces críticas que duraron años dentro y fuera de nuestro País. Recuerdo un platillo en un restaurante de lujo que se llamaba “Filete al Ixtoc” servido con salsa de soya y dos velas encendidas simbolizando el derrame y el incendio en el mar.

En otro caso, al revisar la declaración de Independencia de Estados Unidos, votada el 2 de julio de 1776, en el documento oficial llamado La resolución de Lee, se suman los votos de los representantes a favor: 90 + 81+ 96 + 96, y el resultado: 383, en vez de 363. Junto al documento hay una nota: “La suma incorrecta en la parte derecha inferior es un misterio”. Y asunto arreglado, nadie habla de ello, es un error y punto. 

Si en un documento mexicano de esa trascendencia hubiera una errata así, habría voces exigiendo cuando menos la degradación de nuestros próceres por ignorantes. 

Y hay muchos errores más. En 1879 fue introducida por el Gobierno de Estados Unidos – el presidente era Rutherford B. Hayes- una sustancia para tratar la adicción a la morfina: la cocaína. Pero el remedio salió peor que la enfermedad, pues la adicción a la cocaína se masificó.

Otro error que involucra a Estados Unidos y a su antiguo colonizador Gran Bretaña se dio en 1858, cuando la Atlantic Telegraph Company tendió un cable telegráfico trasatlántico. El buque Niágara salió de Estados Unidos y el Agammnon de Inglaterra. Ambos tendieron cable hasta encontrarse en medio del Atlántico pero la sorpresa fue que al intentar pegarlos, se deshacían, pues un cable estaba tejido hacia la derecha y el otro hacia la izquierda. Improvisaron un adaptador que se rompió unas semanas después. Esa errata retrasó las comunicaciones por ocho años.

Otro error histórico se cometió en 1961 que el presidente Kennedy, apoyó la invasión a Cuba para derrocar a Fidel Castro. De EUA salieron 2 mil 400 hombres, 13 aviones de transporte, 16 bombarderos B-26, 5 tanques, 8 barcos, 7 lanchas, jeeps, cañones, morteros y camiones. Pero erraron al establecer como sitio de desembarco un pantano; fueron derrotados y humillados por Fidel y Raúl Castro.

Seis años antes de que el huracán Katrina destruyera Nueva Orleans, el estado de Louisiana solicitó recursos para el mantenimiento de los diques construidos para impedir la inundación de la ciudad -que se ubica en un nivel inferior al del mar- y se los negaron. En plena inundación, la máxima autoridad para el manejo de emergencias de Estados Unidos rechazó el pedido de 300 botes de goma, formulado por el estado de Louisiana para rescatar víctimas, porque no eran “apropiados para el ambiente”. Igual negaron cinco autobuses para evacuar pacientes de los hospitales de Nueva Orleans, porque a la solicitud, le faltaban unos anexos.

Es necesario recordar -parece que ya se nos olvidó-, que Estados Unidos solicitó ayuda a México para esa tragedia, y se les dio, enviando tropas del ejército nacional que ayudaron a rescatar sobrevivientes norteamericanos. 

Podríamos seguir con errores políticos, como los cometidos con Anastacio Somoza (lo hicieron presidente de Nicaragua) y Osama Bin Laden (que entre 1979 y 1989 le entregaron 3 mil millones de dólares), dos ejemplos de “amigos” que terminan siendo enemigos. O con las Panteras negras en 1963 que el término de los disturbios de los negros, coincidió con un aumento en la adicción de la marihuana y el opio (drogas depresivas) entre la comunidad afroamericana y hoy no saben que hacer con el narco. 

La cultura del “Pueblo bueno y sabio” -AMLO dixit- no perdona los errores de nuestros connacionales, pero es indulgente con los ajenos, sobre todo si es alguien poderoso. Tal vez la mayoría de mexicanos haya leído a Catón que decía respecto de los errores: “puedo perdonarlos todos, menos los míos”… 

Fuentes:

www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/17642/2/articulo9.pdf

www.monografias.com

Inventario de falsedades. Peter Villanueva Hering 1998