Esta semana terminan las actividades de campaña interna (promoción) del partido Morena, de donde será elegido el Coordinador (a) Nacional de Defensa de la Transformación para después, concentrarse en sus respectivos bunkers para recapitular lo actuado entre sus militantes. Sin duda alguna ese ejercicio interno, mostró tanto las capacidades surgidas, como las deficiencias, en las propuestas de los aspirantes presidenciales.

Al desarrollarse las acciones de promoción interna, observamos moldes y líneas de perfil que satisficieron a secas a diversos grupos de militantes morenistas. Por ello se alcanza a percibir de dichos acercamientos, cierta división entre un grupo influyente de aspirantes radicales a la 4ª Transformación, contra un aspirante que lucha solo contra dicho grupo político. 

 El ex canciller Marcelo Ebrard primero gritó faul porque no le prestaban la pelota y sus contendientes se la pasaban atacándolo y barriéndose.  Ahora más centrado, dice que a pesar de las anteriores acusaciones sigue siendo leal al presidente y por consiguiente a su partido Morena. Los intermediarios del proceso interno sugieren que la comunicación en Palacio Nacional fluyó de nuevo, por lo que en lugar de barreras, se tendieron los puentes para no derramar sentimientos con olor a traición. 

  Se vendrá la etapa de las encuestas en la que se señalará quién de los contendientes tiene más popularidad por lo que habrá de haber una ganadora o ganador. El mecanismo deberá dejar satisfechos a unos y podría dejar dudas en otros. La última palabra la tendrán los que no sean agraciados con la designación. 

 Aunque todos han mencionado que aceptarán los resultados de las ahora famosas cuatro encuestas, podría un desencanto echar a perder los planes sexenales del líder moral de Morena en el país. La disciplina institucional del joven partido guinda se pondrá a prueba en poco tiempo. 

 Por lo pronto: Los opositores al actual régimen socialista se frotan las manos en la Ciudad de México, las últimas encuestas siguen una línea tersa y firme hacia un triunfo contundente en ese amplio bastión político, donde la sociedad civil y algunos partidos políticos parecen estar dando muestra de que juntos y no revueltos, pueden seguir avanzando para que el país no fluya hacia una ruta de confusión y colisión en donde a millones de ciudadanos parece no convencer el actuar del partido en el gobierno o viceversa.

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