28/Apr/2024
Editoriales

Espectáculos y Diversiones en Monterrey. Las corridas de toros, parte 2

En la primera parte de este texto describimos los pormenores de la fiesta brava; sus participantes, el oficio del Torero, del Matador, y el toro de lidia. Evocamos la primera Corrida de Toros en Monterrey, las siguientes, y cómo afectó la pandemia de Viruela a esta única diversión masiva en los tiempos coloniales. Ahora veremos cómo la fiesta brava apoyó a las autoridades y a la población a celebrar la Independencia Nacional.

 

Era tan fuerte la afición por la tauromaquia, que no había forma más popular de celebrar la Independencia que organizar Corridas de Toros. Como la del día 29 de octubre de 1821, para jurar la Independencia y la lealtad a la Regencia del Imperio. El Cabildo de Monterrey desarrolló un atractivo programa con: “juegos de Tabla (loterías), fuegos artificiales”, y desde luego por los populares toros: 

 

“En la ciudad de Nuestra Señora de Monterrey, Capital del Nuevo Reino de León, a 29 de octubre de 1821... Los Señores Presidente don Matías de Llano, Alcalde Primero Constitucional, Regidores don José Antonio de la Garza Saldívar, don José Antonio Rodríguez, don José María González, don Nicolás de la Garza y Guerra, don Julián de Llano, don Pedro Ayala, don José María Peña, don Francisco Pérez Maldonado, don Francisco González Hidalgo y Síndico Procurador menos antiguo don Manuel Dávila se trató sobre el modo y términos en que debe verificarse la Jura solemne de Nuestra Independencia (…) acordaron que para solemnizar este acto se convoque al vecindario para que cada uno contribuya con lo que le dicte su patriotismo para los indispensables gastos que deben organizarse; y que tanto para colectar esta contribución como para tomar las providencias y disposiciones necesarias para la función que se ha de solemnizar con corridas de toros, juegos de tabla, fuegos artificiales, refrescos y demás diversiones que se verificarán. (…) los Señores Regidores don José Antonio Rodríguez y don Julián de Llano invertirán en los gastos lo que se colectare de contribuciones de los vecinos de esta Ciudad y su jurisdicción: lo que produzca la Plazuela, y lo demás lo sufragará el fondo de propios”. 

 

Con la popularidad citada de las Corridas de Toros, para celebrarlas durante toda la semana, los vecinos hicieron aportaciones económicas para “demostrar nuestro reconocimiento y gratitud al gobierno Ymperial”: 

 

En la ciudad de Nuestra Señora de Monterrey a 20 de noviembre de 1821. Habiendo dispuesto el          Ayuntamiento de esta Capital el que para la mayor solemnidad del Juramento y Proclamacion de la Yndependencia del Ymperio se hicieren todas aquellas demostraciones que previamente tenia…  (el)  Lunes comenzaron las corridas de toros que hubo toda la Semana para lo que contribuyó Voluntariamente el Vecindario, -teniendo en ello la mayor satisfaccion por ceder en lucimiento y ma-yor solemnidad de una funcion que se hizo para demostrar nuestro reconocimiento y gratitud al gobierno Ymperial que se ha instalado para perpetuar Nuestra deseada y adquirida libertad” 

 

Se celebra en Monterrey la coronación de Agustín I, con una Corrida de Toros

En noviembre de 1822 se aclamó la coronación de Iturbide -como Agustín I- con agasajos populares que festejaban también el primer aniversario de la Jura de Independencia. Se acordó realizarlos el día 16, y en el programa podía faltar todo, menos las corridas de toros. Los gastos se cubrirían con la renta de los locales de la Plazuela -de la Carne, hoy Plaza Hidalgo- cercana a la Plaza Mayor -hoy Zaragoza- sede de los actos oficiales y a la Plaza de Toros, donde hoy está el edificio Kalos. 

 

“… Monterrey a 28 de octubre de 1822, segundo de la Independencia. (…) Presidente Licenciado don José Alexandro [Alejandro] de Treviño y Gutiérrez, Alcalde Primero Constitucional de esta Ciudad y su jurisdicción don Juan José de la Garza Treviño, Alcalde Segundo, Regidores don Francisco Tomás de Yglesias [Iglesias]: don José María Peña: don José Alexandro [Alejandro] de Uro y Lozano: don Juan José Taméz, don Pedro de Treviño y Pereyra, don Pedro González, don Juan José Martínez y los Síndicos Procuradores don Julián de Llano y don José Leonardo Guerra, habiendo manifestado el Señor Presidente los inconvenientes que aún se pulsaban para que la jura fuese el 8 de diciembre se resolvió uniformemente que sea el dia 14 del referido mes: que el 15 sea la función de iglesia y el 16 comiencen las Corridas de Toros: que para ayuda de los gastos se saque a remate la plazuela del Mercado con todas sus anexidades y se remate en el mejor Postor. Se acordó también que se suspenda la función de la Santísima Patrona que se había resuelto fuese el diez del próximo noviembre para que se haga en los días catorce y quince de diciembre:”  

 

También para las fiestas patrias y la feria de Monterrey había Corridas de Toros

Un lustro después, en 1827, las fiestas patrias se celebraron el 16 de septiembre y la feria de Monterrey, el 20 de octubre donde, desde luego, hubo Corridas de Toros: 

 

“En la Ciudad de Monterrey a 9 de Septiembre de 1827 reunidos en cabildo (…) sin los Regidores Uribe y Gonzalez (…) dio cuenta con los oficios siguientes del gobierno concediendo en su forma para la solemnizacion del 16 de Septiembre se acordo se entienda el libramiento correspondiente y se avise a la junta patriotica puede disponer de la cantidad referida y de que haya todo genero de diversiones publicas… Para colonizar y establecer la feria anual concedida a esta Ciudad en el terreno el domingo 20 de Octubre se ha acordado haya Corrida de Toros y todo genero en diversion publica no prohibidos por la ley y que esto se avise al publico de esta capital y demas lugares de este Estado” 

 

Al siguiente año de 1828 el Cabildo de Monterrey pidió invitar a la feria de Monterrey a los vecinos de otras ciudades de la Federación y además dictó algunas medidas de seguridad. Como que el ruedo se construyera de Madera y no de pacas de paja atadas unas a otras como se acostumbraba en muchas partes y que no se instalaran cocinas donde prepararan antojitos cerca de la Plaza, para evitar incendios: 

 

“… Monterrey á 14 de abril de 1828 reunidos en Cabildo (…) los Regidores Yglesias Arreola Guerra, Zambrano, Sanchez, Garza, Treviño Quiros y los Sindicos (…) Presento la comicion el aviso que le a de dar sobre la feria anual y las fiestas de esta ciudad el que aprobado se acordó se ponga oficio de reunion para los demas lugares de la Federacion y de este Estado… espresar que la Plasa se ha de sercar de madera y no de paja y que el que salga con su plasa ha de hacer (ilegible) separada de un lugar no proivido a la de la Plaza de toros puestos cosinas”. 

 

En cuanto a los toros, en México existían ganaderías importantes como Atenco, San Cristóbal de Trampa, San Nicolás Peralta, Malpaso y en muchas haciendas se criaba ganado español (Navarro) de lidia que, mezclado con ganado criollo, se le dio un refresco a la sangre bravía deteriorada por la endogamia de los toros en España. 

 

Se compraban quince toros para sólo una semana de Corridas

Ya habíamos comentado que las Corridas de Toros eran muy diferentes a las actuales. No había tiempo para tercios, los caballos no tenían protección y morían varios en una Corrida -en una tarde se podían matar hasta tres toros-, así que para una semana de Corridas se compraban hasta quince toros a un precio de catorce pesos cada uno.

 

FOLIO 3.- Blas [Eunarriaga]comunica a José de Jesús Treviño que en la Hacienda del Carrizal existen algunos toros bravos, los cuales pueden venderse en Monterrey por la cantidad de catorce pesos cada uno. Hacienda del Carrizal, 21 de julio 1828, 1 foja.; en carta adjunta Treviño ratifica lo dicho por Eunarriaga al comisionado ciudadano de la feria anual de la ciudad de Monterrey, Alejandro del Uro. Villa Aldama, 24 de julio de 1828, 1f.; en contestación hecha por Alejandro del Uro a José de Jesús Treviño, le solicita la compra de quince toros al precio acordado con Eunarriaga. Monterrey, 27 de julio de 1828, 1 f.; para corroborar la compra, José de Jesús Treviño ratifica a Alejandro del Uro la compra de los quince toros como él lo ordena. Villa Aldama, 8 de agosto de 1828, 1 f. 

 

La intentona española de reconquistar México suspendió las Corridas de Toros en 1829

Sin embargo, al siguiente año de 1829 hubo demasiadas tragedias para nuestra patria. En junio sobrevino el intento de reconquista de España, y después revueltas militares en favor del centralismo, y rumores que desestabilizaban al país, así que no hubo toros en la Ciudad. 

 

“En la Ciudad de Monterrey a los 5 dias de Octubre de 1829 reunidos en cabildo ordinario en este dia los Señores Uribe Presidente Regidores Francisco Pereyra, Llano, Treviño Gonzalez, Flores D. Rafael, Lozano D. Lino Martinez y los Sindicos Procuradores…  se dio lectura con los oficios siguientes oficio del Gobierno diciendo en contestacion a la consulta que se le hiso sobre corrida de toros que no haya esta”  

 

Con Bustamante hubo dictadura, paz… y toros

Pero una vez instalada en el país la dictadura de Anastasio Bustamante -octubre de 1830- durante ese año y medio hubo paz, terror y… Toros en Monterrey: 

 

“Secion ordinaria del 11 de Octubre. Leida y aprovada la acta se dio cuenta con los oficios siguientes leyeron los articulos bajo que se ha de selebrara la contrata de la plaza de toros y aprobados”  

 

Un tema relevante que provocó reacciones fue las fallas en la Plaza de Toros

El 22 de octubre de 1830 el Cabildo se reunió en forma extraordinaria; la plaza de toros presentaba algunos defectos, el contratista adujo que le faltaron “brasos y cerruchos cerruchos” es decir, mano de obra y herramienta, y se comprometió a corregir los errores: 

 

“Sesion estraordinaria del 22 por la noche. Asistieron los Señores Presidente, Alcaldes de ynstancia en turno Uro y Carreño; Regidores Zambrano Llano, Arreola, Garcia, Lozano, Tames y los Sindicos y el Señor Presidente espuso ser citado á ultimo á pedimento de la comision revisora de la plasa de toros, y habiendo tomado la palabra la comision espuso: Que el cerco de la plaza tiene algunos tramos distantes por donde pueda tal ves haser daño un toro saliendose: Que el toril que corta esta devil á su ver y parece no presentar seguridad necesaria, y en fin que el cerco de la plasa no esta conforme á la contrata que en esta virtud la corporacion disponga á lo que crea conveniente: (…) la compañia de empresarios que espuso (…) respondiendo por los daños (…) que la falta de cumplimiento á la contrata ha consistido en que han tenido falta de brasos y cerruchos que ha sido imposible conseguir (…) y que en lo sbsesivo cumpliran religiosamente” 

 

En 1833 se movió la Plaza de Toros sin que repercutiera en gastos o  en seguridad. El lugar debía estar cerca de la Plaza Mayor, la Plaza de la Carne y el Templo de San Andrés: 

 

“A 29 de Julio de 1833. Habiendo asistido a ella los Señores Martines, Salinas Losano, Garza Martinez,  Garcia Davila, Parra, Sepulveda Elisondo, Garza y Garza y los sindicos procuradores, leida y aprovada la acta se dio cuenta con lo siguiente... Leido el informe de la comision sobre traslacion de la plasa de toros a la casa del (ilegible) en que dice no haber embaraso en concederse al Ciudadano Justo Cardenas dicha traslacion se acordó en conformidad por estar el sitio apropiado para ello contaba que no se hagan inovacion alguna en el cobro (…) cuya comision o permiso será hasta que firme la contrata que hecha tiene con la ciudad el solicitante y compañía”. 

 

La epidemia de Cólera suspendió las Corridas de Toros

En 1833 llegó una epidemia de cólera que difirió las corridas y finalmente se suspendieron: 

 

“… 5 de Agosto de 1833. Habiendo asistido a ella los Señores Yglesias, Treviño, Salinas, Lozano, Garcia Davila, Parra, Sepulveda, Elizondo, Garza y Garza, y los Sindicos Procuradores (…) Un oficio del Gobierno en que previene se reuna la Junta Electoral y se nombre Regidor en lugar del finado Don Juan Jose Saens. Se mando estender libramiento de tres pesos cuatro reales que importo el puente de Ydalgo y acequia de las labores dandose cuenta al Gobierno y suspendiendose el presupuesto para el empedrado del puente. C. Justo Cardenas (…) por la circunstancias politicas y las causas de enfermedad pide se consulte al Gobierno si se le podra permitir diferir la corrida de toros este año hasta el 3o domingo de Noviembre se acordo como lo pide”. 

 

Y en 1834 regresó la fiesta brava a la Plaza Mayor (hoy Plaza Zaragoza)

En 1834 se restablecieron las corridas para la Feria de Monterrey. Para esos efectos, otorgó 70 pesos de fianza, y de su peculio edificó una plaza de toros con tablas de madera "que no fuera de fácil combustión", pudiendo otorgar concesión de palcos, juegos, puestos, cocinas, chimoles. Y el ruedo se instaló en la plaza mayor.  

 

Las Corridas de Toros atraían turistas

Los toros eran un atractivo turístico. A Monterrey llegaban cada año casi una decena de invitaciones para visitar otras ciudades durante las ferias. Veamos una invitación en 1840 de Ciudad Victoria para ver los toros y a comerciar sin pago de impuestos, garantizándose la seguridad: 

 

Prefectura del Distrito del Departamento de Tamaulipas, la feria anual de esta Ciudad establecida desde el presente año para lo sucesivo en la Pascua de Resurrección dará principio el día 20 del entrante Abril terminando el 27 del mismo. Habrá en los ocho días corrida de toros y demás fiestas que han sido de costumbre. Los efectos nacionales que se introduzcan en la feria no pagarán derecho alguno, y se aseguran las propiedades de todos los concurrentes, para el efecto hay la fuerza armada correspondiente y se toman las medidas oportunas. Ciudad Victoria Marzo  

 

Mueven la Plaza de Toros del Convento a enseguida del Templo de Sagrado Corazón 

Pese a los problemas nacionales y el grave conflicto de Texas, las Corridas de Toros en la Feria de Monterrey no se interrumpieron. El 23 de junio de 1843 se movió por primera vez la plaza de toros del convento de San Andrés a la Plazuela que se abrió donde ahora está el edificio Víctor Gómez, junto al Sagrado Corazón; 

 

 ”Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente. Un oficio de la Prefectura contestando de enterado de las providencias tomadas respecto de la apertuara de una puerta que pasa la nueva plazuela hiso el Señor Lic. Don Jose Ma. Martines y encargando que se obre en este negocio con el examen y dilasion que el asunto merece. Habiéndo hecho presente la comision de fiestas no encontrarse punto mas aproposito para la corrida de toros que la nueva plazuela”. 

 

Se buscó otra ubicación a la Plaza de Toros; cerca del puente Hidalgo, es decir sobre la actual calle Hidalgo y un punto cercano al Obispado, o uno cercano al barrio antiguo, por el callejón de Santa Rita (atrás de catedral). 

 

“Sesión del 4 de Julio de 1843. Leída y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente un oficio de la Prefectura en (…) Otra orden facultando al Ayuntamiento para traer una nueva bandera que servirá en la primera función que se haga. Otra para que se nombre la Junta Patriótica que ha de acordarse los actos con que ha de solemnizarse la funcion del 16 de Septiembre (…) Habiendo hacer presente el Sr. Presidente que el Sr. Prefecto de palabra le dijo que mandara por local para la Corrida de Toros un solar sito del puente Hidalgo que es de la propiedad de Don Leandro García por creerse el más a proponerse acordó que por el mismo Sr. Presidente se le haga presente a la Prefectura que el Ayuntamiento cree más aproposito al terreno que está por el callejón que sale de Sta. Rita al rio con tal que Don Antonio Morales ó los Vargas convengan en que el terreno que falte para el completo de la dimensión de la plaza sea tomado de sus propiedades…” 

 

Se establece una Plaza de Toros en donde está ahora el Congreso del estado.

Finalmente se estableció la Plaza en el área que ahora ocupan los bajos del Congreso del Estado, aunque esa plaza también era temporal.  

 

Sesion del 6 de Julio de 1843… Juramento del Regidor Don Crisanto Lozano. Cuenta presentada por el Sr. Reyes con 39 pesos 2 reales productos de los pisos de plasa y plasuela (…) Se acordó asi mismo que la comision de fiestas con conocimiento en la Prefectura sea el arquitecto D. Papias Anguiano y se reconosca si el terreno que llaman del [ojo de agua], ó el de la Ciudad y colindantes prestan mejor comodidad para la Corrida de Toros dan cuenta con lo que se levantó la sesion: doy fe Firmas 

 

Se privatizaron las Corridas de Toros

En 1845, por primera vez un particular pidió la plaza y ofreció hacer corridas por negocio, no por motivo de la Patrona de la Ciudad o de la Feria de Monterrey. Este empresario era el coronel Cayetano Montero que venía con el ejército nacional. 

 

“Sesion del 6 de Marzo de 1845 (…) Dada cuenta con una propuesta escrita del Señor Coronel Don Cayetano Montero en que ofrece dar una gratificacion de quince pesos por cada un día de los cuatro en que despues de las procsimas pascuas solicita hacer corrida de toros 

 

Previo a la Invasión norteamericana se cancelaron las corridas por… 

falta de madera

Sin embargo, ante la inminencia de la invasión norteamericana se tuvieron que cancelar las Corridas de Toros, no por falta de afición, sino de madera para fortificar la Ciudad que era prioridad mayor que la construcción de la Plaza de Toros. Empero, se aprobó que cuando hubiera Corridas de Toros, habría también funciones de caballos, algo parecido a las charreadas: 

 

“Sesión al 27 de Julio de 1846… Leido el día tarmen en la comisión de fiestas en que manifiesta, que no obstante á permitirse por la E. Asamblea que perdiéndo la Ciudad haya corridas de toros, esto no puede ser (ilegible) por las muy poderosas razones que sienta de invasion por las tropas de los EE. UU. Al Norte, y de que con motivo de haberse mandado por el N.E. El Jefe contratar cantidad muy crecida en madera para las Justificación. que se serán construyendo, no podrá la Ciudad hacer el (ilegible) necesario de la que falta para el serio de la Plaza de toros” 

 

“Sesion del 10 de Agosto de 1846. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente. Un acuerdo de la Exelentisima Asamblea en que deja a la discusion del Ayuntamiento las corridas de toros conforme á las circunstancias y dada cuenta enseguida con unas proposiciones hechas por el Capitan de la compañia de equitacion sobre alternar en las fiestas con sus funciones” 

 

La excepción se dio faltando menos de un mes para la invasión. Hasta parecía que la Ciudad regresaba a su vida normal pues se concesionaron una serie de corridas: 

 

Sesión del 31 de Agosto de 1846. Leída y aprobada la acta anterior se dio esta con lo siguiente El Semanario No. 137 que se mandó al archivo. Habiendo manifestado el Sr. Presidente que el torero D. Mariano Avila solicita la plaza de toros para hacer corridas por su cuenta pagando veinte pesos por cada un día en corrida, se acordó desirsele por el mismo Sr. Presidente que se le concederá en efecto siempre que pague 21 pesos 4 reales 

 

El trago amargo de la invasión pudo mitigarse un poco gracias a esporádicas Corridas de Toros que se realizaron.

 

Durante el tiempo de la ocupación, al ejército norteamericano le resultaba difícil mantener la disciplina pues sus tropas tendían a la embriaguez por lo que gran parte del tiempo permanecían acuartelados. Pero un día de Corrida de Toros en 1847 el libro The First Regiment of Virigina Volunteers relata que unos subtenientes que andaban francos se sorprendieron con el valor y la belleza que se mostraba en la plaza de toros. En ese mismo día la tropa se emborrachó y a un soldado norteamericano participó en una riña con mexicanos que le dejaron marcada la cara para siempre. 

 

La Plaza de Toros de Cal y Canto

Y una vez desocupada la Ciudad por las tropas invasoras, la fiesta brava volvió al predio del Convento, y continuó celebrándose en plazas temporales, y cada año hasta 1860 cuando los gobernadores Domingo Martínez y Santiago Vidaurri mandaron construir una Plaza de Toros de “Cal y Canto” en el predio que pertenecía a la Orden Franciscana, dentro del Convento de San Andrés.  

 

La Plaza de Cal y Canto contaba con corrales para toros y caballos, capilla, y hasta habitaciones para toreros. La gente le llamaba "Plaza del Convento" por su vecindad con el Convento de San Francisco. El precio autorizado del boleto al público por cada corrida de toros era de dos reales para los lugares de sombra y un real para sol.  

 

En 1861, en aplicación de la Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos -Ley Lerdo- publicada el 12 de julio de 1849, la Plaza del Convento -por no ser necesaria para el ministerio de la religión- pasó a ser patrimonio del municipio. Estamos hablando de la actual esquina sureste de Escobedo y Ocampo; los frailes no operaban la Plaza de Toros sino un vecino. Ambos, Iglesia y vecino, debían ser indemnizados: 

 

Sesion ordinaria del 8 de abril de 1861. Presidencia del Sr. Sandoval D. Blas… el oficio correspondiente pasen del Superior Gobierno á suplicarle que en el caso de venderse o darse a otro el terreno que ocupa la plaza de toros perteneciente al convento de esta ciudad se prefiera á esta Corporacion con él por cuenta de lo que le debe el Estado, quedando pendiente de resolucion el pedido del vecino que ocupa dicha plaza sobre la gratificacion que solicita por este trabajo. 

Continuará con plazas y toreros de Monterrey... 

 

FUENTE 

ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY

Colección correspondencia. Volumen 142, expediente 2, folio 28; Volumen 142, expediente 2 folio 37. 

The First Regiment of Virginia Volunteers, Lee A. Wallance, jr, Virginia Historical Society, enero de 1969. 

Colección Actas de Cabildo: 

29 de octubre de 1821, 20 de noviembre de 1821, 28 de octubre de 1822, 9 de septiembre de 1827, 14 de abril de 1828, 5 de octubre de 1829, 11 de octubre de 1830; 28 de octubre de 1832; 29 de Julio de 1833, 5 de agosto de 1833; 23 de junio de 1843, 4 de julio de 1843; 6 de Julio de 1843; 10 de agosto de 1846; 6 de Marzo de 1845; 27 de julio de 1846; 31 de abril de 1861.