02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Febrero 23 de 1943. Decreta el presidente Manuel Ávila Camacho la creación del Primer Escuadrón aeronaval, en Las Bajadas, Veracruz, debido a la necesidad de vigilar las costas de México pues iniciaba la II Guerra Mundial. A pesar de que tuvimos a un Alberto Braniff surcando los cielos mexicanos desde 1910 con un aparato mecanizado; que el presidente Francisco I. Madero fue el primer mandatario del mundo que voló en un avión (1911); que Pancho Villa fue pionero en el uso de la aviación para efectos bélicos (1914); que en México se realizó el primer correo aéreo del mundo (Horacio Ruiz Gaviño 1917), y que desde 1918 en nuestro país inició la aviación, no fue sino hasta julio de 1944 cuando el Escuadrón aéreo número 201 de México participó activamente en la Segunda Guerra Mundial, desempeñando un digno papel en el frente de combate en Filipinas, al pelear contra las naciones del Eje encabezadas por Alemania y Japón.

Está demostrado que en México hay muchos cerebros inventores pero no tienen apoyos para desarrollarse, y en el tema que nos ocupa -la aviación- han sido mexicanos los que con imaginación han iniciado dos de las mayores aplicaciones que actualmente tiene la aeronáutica: su uso bélico y la vía para transportar materiales informativos. Hoy día estos usos se han convertido en gigantescas industrias; Estados Unidos ha aprovechado enormemente estas ideas mexicanas erigiéndose en la nación con la Fuerza Aérea más poderosa del mundo, y la potencia que lidera la modernización de los sistemas de información utilizando el espacio aéreo, como medio. Hasta antes de la pandemia, sobraban ejemplos de estudiantes mexicanos triunfadores en concursos internacionales de tecnología robótica, por ejemplo, así que si el gobierno aspira a que México sea una potencia tecnológica, debe apoyar a los nuevos valores en la ciencia y tecnología, que nada le piden a los de las naciones desarrolladas. Tiene la palabra el presidente López Obrador.