04/May/2024
Editoriales

Gracias por permitirme conocerte

Un cuento popular africano dice que iban dos amigos caminando por el desierto.

Luego de varios días de hablar y hablar, sin saber cómo ya estaban discutiendo un tema baladí, por el que uno de ellos le dio una bofetada al otro.

El abofeteado, sin quejarse escribió en la arena:

"MI MEJOR AMIGO HOY ME DIÓ UNA BOFETADA."

Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse.

El que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó.

Después de recuperarse, escribió en una piedra

"MI MEJOR AMIGO HOY SALVÓ MI VIDA."

El amigo que lo había abofeteado y salvado dijo: "Cuando te lastimé escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra, ¿Por qué?"

El que acababa de escribir respondió: "cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo”.

Pero “cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo”.

Vaya lección atemporal que nos dice este viejo cuento, que si la seguimos tal cual, viviremos felices sabiendo que hemos sido justos.

En este nuevo año me prometo honrar la amistad de tanta gente maravillosa cuyos nombres grabaré en piedra, porque conocerla es lo mejor que me haya podido suceder.