25/Apr/2024
Editoriales

Cleopatra era tremenda

Una vez Cleopatra quiso ridiculizar los miedos de Marco Antonio. Para ello untó con un veneno la punta de las flores de la guirnalda que le puso en la cabeza durante una cena; y cuando el banquete estaba más animado propuso a Marco Aurelio que se bebieran las coronas.

¿A quién se le habría ocurrido temer una traición en esas circunstancias?  Echan los pétalos en la copa y cuando Marco Antonio está a punto de beberse su contenido, Cleopatra lo detiene diciendo: ¿Así que es por mí por quien tomas la nueva precaución del catador? Pues mira que, si pudiera vivir sin ti, no me faltarían la ocasión ni los medios”. Mandó entonces traer a un condenado a muerte, que se bebió el vino y murió en el acto.

 

(Plinio, Historia natural 21.12)