19/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Noviembre 09 de 1844: el Gobierno Central de México encabezado por el presidente interino Valentín Canalizo declara enemigos de la patria a los partidarios del pronunciamiento de Guadalajara. El 4 de junio anterior ante el Congreso había tomado protesta por enésima ocasión Antonio López de Santa Anna como presidente de la República, y Valentín Canalizo como jefe de la plana mayor del Ejército.

Inmediatamente presentó el Ministro de Guerra Isidro Reyes, una iniciativa para retomar la campaña contra Texas, solicitando 30 mil efectivos provenientes de todos los Departamentos (figura que sustituyó a los Estados), iniciativa que fue aprobada por el senado de la República el 27 de junio, que eran adicionales a los 15 mil que ya habían sido requeridos con anterioridad, formándose así un Ejército de 45 mil hombres proporcionados por los Departamentos. Además el 25 de julio de ese año Santa Anna presentó una iniciativa a la Cámara de diputados para efectos de que se le dieran poderes extraordinarios para poder imponer contribuciones extraordinarias que le permitieran enfrentar los gastos de guerra. Para el mes de agosto ya se le había aprobado un presupuesto adicional de 4 millones de pesos para la guerra de Texas.

Pero como era su costumbre, Santa Anna una vez investido de esos poderes extraordinarios solicitó licencia por motivos de salud quedando de presidente interino el regiomontano Valentín Canalizo. Y este a su vez pidió licencia para irse al frente de guerra, por lo que el general José Joaquín Herrera es quien se quedó el 12 de septiembre como presidente del Consejo de Gobierno. Sin embargo, Santa Anna cambió de opinión y Canalizo regresó a la presidencia el día 21 de septiembre, causando un fuerte sentimiento de molestia entre los diversos grupos políticos y militares del país. Esto explotó el 1 de noviembre cuando la guarnición de Guadalajara se sumó a la Asamblea Departamental nombrando a Mariano Paredes y a Teófilo Romero como dirigentes de un movimiento de inconformidad, derivando en lo que hoy recordamos: la declaratoria de que eran enemigos de la patria. Desde luego que Santa Anna, quien ante la menor provocación tomaba las armas, partió el 22 de noviembre de la Villa de Guadalupe con 3 mil hombres a combatir a los sublevados de Jalisco. Así estaba el ambiente político nacional cuando estábamos perdiendo Texas y se preparaba una gran invasión de Estados Unidos para quedarse con todos nuestros territorios nórdicos. Por eso nos fue como nos fue, porque desde la presidencia de la República se dividía al país en base a los caprichos de un hombre que se sentía tocado por los dioses. Ojalá que hayamos aprendido la lección.