28/Mar/2024
Editoriales

Principios, señor Gobernador

Serí­a natural que a los tres meses y medio de haber ascendido al puesto de Gobernador independiente de cualquier partido, para el que lo nombraron más de un millón de ciudadanos neoleoneses, señor Jaime Rodrí­guez Calderón, usted tuviera titubeos y lentitudes en sus programas de gobierno y exceso de pleitos con el Congreso local en manos de partidistas: Eso serí­a aceptable, pero no ninguna desviación en la ruta de la moralidad pública, que implí­citamente el electorado le señaló como mandato, al aceptar las dos promesas básicas de su campaña: A) Terminar con el saqueo de fondos públicos, entre otras cosas con proyectos obscuros y malolientes como Monterrey VI; y B) Presentar demandas administrativas y penales contra el Ex – Gobernador Rodrigo Medina y sus secuaces y antecesores.

Esos dos asuntos, señor Gobernador, no son negociables ni debe de haber retrocesos ni excusas que los adulteren o los hagan "de mentiritas", porque implican principios de comportamiento público básicos ¿Qué el gobierno anterior firmó algunos compromisos con grandes contratistas a quienes habrí­a que indemnizar si no se cumplen con ellos? Déjelos que pleiteen, señor Gobernador, e involucre esos pleitos entre los cargos administrativos y penales que su gobierno debe tener ya muy avanzados contra Medina y su pandilla ¿Qué se va a echar encima al Presidente Peña Nieto? Pues de eso se trata, precisamente, don Jaime, de combatir al sistema corrupto desde su propia cabeza, tanto para que más duela como para que sea efectivo ¿Qué va a perder el puesto y quizás hasta la vida por ello? Pues entonces serí­a ya un lí­der popular con un arrastre tremendo o bien un héroe, cuyo ejemplo y recuerdo servirí­a muchí­simo para la lucha que tendrá que seguir.

¿Qué el ascenso y triunfo de usted fue pura pantomima urdida por un PRI temeroso de perder ante el PAN? Pues aún así­ ahora tiene usted la opción de quedar mal con los listillos corruptos pero seguir siendo lí­der o héroe para los neoleoneses quienes, con o sin razón, creyeron en usted o, mejor dicho, en los rumbos polí­ticos con los que usted decí­a que estaba comprometido y que propugnarí­a en su gobierno.

Hay también muchas otras cosas difí­ciles por hacer: Garantizar la seguridad pública con buenas, capaces, honradas, bien equipadas y aseguradas policí­as; mejorar mucho el nivel de la educación pública en todos los niveles; hacer funcional la participación ciudadana en todos estos cometidos y también, ¿Por qué no? Hacer propaganda, principalmente con el ejemplo, no sólo con grilla, de esta manera de gobernar, si va bien y no se descarrila por miedo o por conveniencia, a las demás regiones de nuestra patria.

Así­ que, en este momento crucial de su gobierno, tiene usted una opción muy clara: Ser listillo, corrupto y rico o estar emproblemado y hasta perseguido, pero muy apreciado y estimado: Usted decide, señor Gobernador, pero sin palabras, sino con hechos en esos dos asuntos básicos y en la tónica general de su administración y su liderazgo.

Atte.- JVG.- 20-01-16