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Las "Trumponomics" pueden ser la medicina equivocada para la economía de EEUU

WASHINGTON  - Los recortes de impuestos, la desregulación y el mayor gasto federal propugnado por la administración entrante de Donald Trump son remedios clásicos para combatir el estancamiento económico y el desempleo.

Pero esa medicina puede ser demasiado fuerte para una economí­a que ha registrado crecimiento en los últimos ocho años, con unos salarios en aumento y una tasa de desempleo cerca de lo que muchos economistas consideran "pleno" empleo.

Un análisis de Reuters sobre los datos regionales de empleo y las tendencias históricas sugiere que el estí­mulo podrí­a impulsar la demanda de trabajadores en áreas donde la mano de obra ya es reducida. A su vez, esto podrí­a alimentar la inflación, obligar a la Reserva Federal a subir los tipos más rápidamente de lo esperado y hacer de la recesión una mayor amenaza.

Lo que el paí­s necesita ahora, dicen economistas expertos en temas laborales y funcionarios de la Fed, es una cirugí­a de pequeño calibre: polí­ticas centradas en las áreas rurales y el corazón industrial de regiones deprimidas, zonas que han perdido la sintoní­a con la marcha de la economí­a global y se erigieron en baluartes del apoyo popular a Donald Trump en su carrera a la presidencia.

"Si pensamos en lo que Trump está heredando, se trata de una economí­a en la que gran parte de la reciente crisis ha sido resuelta", dijo Jed Kolko, economista jefe la web de empleo indeed.com.

"Los desafí­os que quedan son los más difí­ciles de corregir", dijo, citando como ejemplos la decadencia del cinturón de carbón o el aumento del uso indebido de fármacos en las comunidades deprimidas del paí­s.

Trump asume el cargo este viernes prometiendo fortalecer a la clase media y devolver los empleos a millones de trabajadores marginados realizando un gasto enorme en la envejecida infraestructura de la nación, con polí­ticas agresivas en materia de comercio y recortes de impuestos para estimular la inversión.

¿DEMASIADO CRECIMIENTO?

Ciertamente, hay argumentos a favor de utilizar una inyección de gasto para darle un impulso a la economí­a tras un periodo prolongado de crecimiento tibio que pocas veces ha superado el 2 por ciento.

Sin embargo, los funcionarios de la Fed están cada vez más preocupados, ya que la economí­a de Estados Unidos ya está avanzando a un ritmo cercano a su potencial, por lo que un empuje al crecimiento podrí­a provocar una escasez de mano de obra, aumentos insostenibles de los salarios y demasiada inflación.

En las semanas que siguieron a las elecciones del 8 de noviembre, la atención de los responsables del banco central se ha desplazado. En lugar de buscar un ritmo de aumentos graduales de los tipos que pueda sostener el desempleo en torno a sus niveles actuales, ahora se están fijando en los riesgos de un crecimiento demasiado rápido.

Los perí­odos en los que el desempleo ha sido demasiado bajo, sin una respuesta de la Fed, "han terminado en algún tipo de recesión", dijo el presidente de la Reserva Federal de Atlanta Dennis Lockhart en Naples, Florida, la semana pasada.

La incertidumbre sobre hasta dónde se puede reducir la tasa de desempleo podrí­a hacer que el banco central espere demasiado tiempo o pise los frenos con demasiada fuerza, dijo Lockhart.

La actual tasa de desempleo del 4,7 por ciento está aproximadamente en lí­nea con lo que la presidencia de la Fed, Janet Yellen, citó como pleno empleo en los comentarios de esta semana, en los que también mencionó el riesgo de recesión si la Fed tuviera que aumentar los tipos demasiado rápido..

Trump ha restado importancia a la cifra oficial de desempleo, diciendo que pasa por alto a millones de estadounidenses que han dejado de buscar trabajo y que él cree que podrí­an regresar al mercado laboral con cientos de miles de millones de dólares en proyectos públicos e inversión privada.

Algunos economistas parecen estar de acuerdo, utilizando estimaciones del número de trabajadores marginados como prueba de que en el mercado de trabajo hay más desocupación de lo que podrí­an sugerir los números oficiales, y que la Fed tiene más margen de maniobra.

De un total de 61 millones de hombres entre 25 y 54 años, el 88 por ciento estaban trabajando o buscando trabajo en 2015 en comparación con el 94 por ciento en 1978.

Sin embargo, un análisis de Reuters de los datos de empleo a nivel estatal sugiere que puede haber razones especí­ficas de la industria o de las regiones por las que esas fuerzas laborales no pueden movilizarse fácilmente. Los ciclos económicos pasados ??también sugieren que sólo mantener la tasa de desempleo donde está será un desafí­o.

CONTRASTE BRUTAL

Los datos de empleo muestran profundas diferencias regionales, que reflejan cambios en las industrias y las poblaciones que una estrategia de talla única no permite abordar.

Por ejemplo, la participación en el mercado laboral de los hombres en edad de trabajar en Iowa ha disminuido sólo 2,2 puntos porcentuales desde 1978; en contraste, cayó 12 puntos porcentuales en Kentucky como resultado del declive de la industria del carbón.

"Los profesores, las enfermeras, no pueden encontrar lugares para vivir", mientras los operadores de hoteles y restaurantes están trayendo trabajadores extranjeros con visados especiales, dijo Kristi Bartlett, vicepresidenta de desarrollo económico de la Cámara de Comercio de Naples.

La historia reciente sugiere un gasto enorme o recortes de impuestos a finales del ciclo económico, podrí­an, de hecho, adelantar el final de la actual expansión.

Desde la Fed recibió en 1977 el mandato de "empleo máximo", la tasa de desempleo ha caí­do por debajo del 5 por ciento durante un perí­odo prolongado dos veces.

En la década de los noventa, cuando el boom tecnológico y la creciente productividad ayudaron a generar un crecimiento económico libre de inflación, la tasa de desempleo se mantuvo baja durante más de cuatro años.

Durante la expansión impulsada por el mercado inmobiliario a principios de este siglo, el desempleo se mantuvo por debajo del 5 por ciento durante 24 meses antes de que una oleada de impagos hipotecarios desencadenara una crisis financiera y una recesión que dejaron sin empleo a millones de personas.

La tasa de desempleo ha estado por debajo del 5 por ciento durante un año y los posibles recortes de impuestos y el gasto público pueden enfrentar a la Fed a un desafí­o similar al que enfrentó a finales de los 80, dijo Roberto Perli, analista de Cornerstone Macro y ex economista de la Fed.

Entonces, el gobierno de Ronald Reagan sumó recortes de impuestos a la ya fuerte demanda y a un alto déficit presupuestario. La Fed respondió con una ronda más rápida de lo esperado de aumentos de los tipos. A continuación se produjo una recesión en 1990.

"Con la mano de obra ya reducida y con poca disponibilidad de recursos, la Fed probablemente considerarí­a inflacionarias las polí­ticas fiscales del lado de la demanda y endurecerí­a la polí­tica monetaria más rápido de lo que los mercados esperan", escribió Perli.