Cuando hablamos de una guerra mundial, en automático hablamos de la segunda, cuyas imágenes fotográficas son aterradoras, y su saldo fue de casi cincuenta millones de vidas perdidas, más la destrucción de casi toda Europa.
Sin embargo, la Primera Guerra Mundial, duró cuatro años -de 1914 a 1918- fue una conflagración muy importante, en la que participaron 70 millones de soldados muriendo nueve millones de ellos, y nadie habla de ella.
Inició en junio de 1914 derivada de un atentado en contra del archiduque Francisco Fernando de Austria, que iba a inaugurar un museo en Sarajevo. Este crimen político prendió de inmediato a las naciones europeas que en lo general estaban inconformes con el orden político y económico mundial. Por un lado se alinearon como la Triple Alianza, Alemania, y Austria – Hungría; y por el otro se conformó la Triple Entente, con Inglaterra, Francia y Rusia. Esto ya era un encuentro bélico temible para Europa, pero se tensionó más cuando sobre la marcha Estados Unidos, Japón e Italia se sumaron a la Triple Entente, mientras a la Triple Alianza se incorporaron el Imperio Otomano y Bulgaria, convirtiéndose en una conflagración mundial.
El olor a guerra comenzó cuando el Imperio Astro-Húngaro ocupó Bosnia, motivando a los
serbios en contra de las autoridades imperiales. Porque ellos pretendían formar la Gran Serbia, una nación incluyente donde estaría la mayoría de los pueblos eslavos de los Balcanes.
Pero entre las organizaciones conspiradoras estaba la famosa Mano Negra que se complotó con Dragutin Dimitrijevic, jefe del espionaje serbio, quien les informó de la visita del archiduque de Austria y prepararon a seis jóvenes serbios armados que interceptarían la comitiva imperial. Llegado el día, el joven Nedeljko Cabrinovic lanzó una bomba a la comitiva, pero estalló en otro vehículo, escapando el noble europeo quien, ya fuera de peligro regresó a visitar a los heridos de su comitiva. Casualmente estaba otro joven del grupo armado -Gavrilo Princip-, y sin saberse cómo, quedó a unos cinco metros del automóvil imperial, y disparó en dos ocasiones: un tiro le pegó al archiduque y el otro a su esposa Sofía. El joven serbio fue detenido y delató a sus otros cómplices, quienes murieron junto con él en la horca. El imperio Astro-Húngaro exigió a Serbia varias cosas pero no todas fueron aceptadas, así que en un mes después del asesinato del heredero al trono, el 28 de julio Europa estaba incendiada; la guerra estalló en Sarajevo, para ser replicada en varias naciones con el resultado que ya comentamos. Una chispa incendió todo el bosque.
