Nacional

Lo que se juega en Coahuila ante la muerte del TLCAN y la nueva Ruta de la Seda

El boom automotriz en el que se metió a Coahuila, fue el mayor pecado de los Moreiras, Martí­nez, Montemayor etc., pues se basó en la mano de obra barata, las exportaciones sin aranceles y una moneda en devaluación constante.

Además, el nivel de componente nacional de esas exportaciones fue "insignificante" como dice Forbes, y las empresas proveedoras de las grandes ensambladoras como Chrysler, Ford, Nissan, BMW etc., las llamadas Tier I y Tier II eran en su mayorí­a extranjeras, pues de un total de 300 sólo 12 son mexicanas. Las empresas nacionales no pueden resistir las "cláusulas de penalización" ni el "justo n time" que imponen las ensambladoras. Es necesario "cambiar el perfil industrial de México" como lo propuso recientemente el Ing. Alfonso Romo.

Para ello, es necesario que con los recursos ahorrados por una auditorí­a a la deuda del estado (como veremos en otro reporte) se pueda, paralelamente al boom automotriz mientras este dure impulsar el desarrollo de una industria nacional de máquinas herramientas y un proceso de innovaciones de ingenierí­a, cientí­ficas y tecnológicas en torno a proyectos como los FERROCARRILES DE ALTA VELOCIDAD como ha propuesto AMLO; nuevas fuentes de energí­a como la tercera generación de reactores nucleares que se utilizan en Asia; o la industria del espacio. Todo esto es posible mediante la cooperación con la Nueva Ruta de la Seda (Una Franja un Ruta) propuesta por el gobierno de China para industrializar al mundo en desarrollo mediante una estrategia de "complementación de las economí­as y "destino compartido", en donde México puede obtener la infraestructura, la tecnologí­a y la ciencia que no tiene a cambio de los productos que pueda ofrecer, en un proceso de intercambio de materias primas por tecnologí­a y para el cual ya hay instituciones financieras disponibles como el Nuevo Banco Internacional de Desarrollo (o banco del BRICS) o el Banco Internacional de Infraestructura.