02/May/2024
Editoriales

Tengamos un termómetro a la mano

Este conocido aparato se llama así porque en griego ‘thermo’ es caliente y ‘metro’, medida. Todos los termómetros tienen el mismo principio: su diseño contempla un depósito con un líquido y un tubo delgado por el que puede elevarse ese líquido. 

 Funcionan con el principio de que los líquidos, al aumentar la temperatura, se dilatan y se elevan por el tubo. Al revés, cuando los líquidos descienden, es porque disminuyeron de volumen, es decir, porque la temperatura bajó. 

 Este sistema se le atribuye a Galileo Galilei porque fue quien inventó el termoscopio, el antecedente del termómetro. Este termoscopio consiste en un tubo de vidrio que termina en una esfera cerrada; el extremo abierto se sumerge en una mezcla de alcohol y de agua; y al calentarse el líquido, sube por el tubo. 

 Luego llegó la numeración marcada en el tubo que permite medir cuánto subió o bajó la temperatura, y esa idea se le atribuye al médico italiano Santorio Santoro (1531 – 1636), quien también inventó el pulsilogium, primer sistema mecánico en la medicina, que mide el pulso de las personas. 

 Hoy día existen varios tipos de termómetros. El más popular es el de mercurio, consiste en un vidrio sellado donde se coloca el mercurio y tiene una escala numérica que indica el cambio de volumen del mencionado metal, que significa un cambio de la temperatura. 

 Existen también los pirómetros, que son termómetros usados en el manejo de altas temperaturas, en fábricas de vidrio, hornos industriales y fundiciones de metales. 

 El termómetro de gas, es muy exacto y se utiliza para calibrar otros termómetros. 

 Hay también el termopar que se usa para medir temperaturas basándose en la fuerza electromotriz generada al calentar la soldadura de dos metales distintos. 

 Recientemente se inventaron los termómetros digitales que convierten en números las variaciones de tensión, por medio de circuitos electrónicos.  

 Por otra parte, la escala térmica Celsius -que es la más común- la inventó Andrés Celsius en 1742. En ella, el cero es el punto de congelamiento del agua y el cien es el punto de ebullición del mencionado líquido. 

 La competencia del sistema Celsius es el de Fahrenheit, invento del alemán Daniel Gabriel Fahrenheit, del año 1724. En el caso del cuerpo humano, la temperatura normal es de 37 grados Celsius, y cuando sube a los 41, se debe atender médicamente a la persona, porque ya entre los 43 o 44 grados Celsius, se pueden presentar paros cardíacos o respiratorios de consecuencias fatales. 

 Y hacia abajo, cuando se llega a los 35 grados, se está en una hipotermia, que si continuara bajando hasta los 26 o a los 24 grados podría haber peligro de muerte. 

 

 Es importante monitorear la temperatura de nuestro cuerpo.