Ayer la ex primera dama Martine Moise, viuda del asesinado Jovenel Moise, y dos de sus hijos, presentaron una denuncia contra el actual primer ministro de Haití, Ariel Henry, alegando su participación en el asesinato de su esposo. El 15 de septiembre, el ministro de Justicia y el fiscal de Haití también había pedido que Henry fuera arrestado en relación con el asesinato de Moise, basándose en tres llamadas telefónicas que hizo después del asesinato de Joseph Felix Badio, un sospechoso del asesinato de Moise ahora en la cárcel. Todas las personas nombradas por Martine Moise ya están en la cárcel, sospechosos del asesinato. Sin embargo, es de particular interés el caso de Dimitri Herard, quien era el jefe del destacamento de seguridad de Moise en la residencia presidencial la noche del asesinato y no hizo nada para detener al escuadrón que entró en la casa para matar a Moise. Los últimos acontecimientos sugieren que, más que un motivo político o económico como tal detrás del asesinato, las drogas fueron un factor clave. Tenga en cuenta que Haití es un importante punto de transbordo de drogas a los EE. UU.EIR está siguiendo esta pista.
Según una exposición del 22 de agosto de 2021 en The New York Times, Herard parece haber sido un vínculo en una red de narcotraficantes haitianos (incluidos políticos haitianos) y elementos corruptos de la DEA que arruinaron una redada de drogas en abril de 2015 que iba a ocurrir en un puerto privado en Puerto Príncipe al que se había entregado una carga de cocaína y heroína. Los agentes de la DEA estaban en la escena, pero debido a los elementos corruptos entre ellos, los traficantes se salieron con la suya con cientos, si no miles de libras de cocaína y heroína. Herard, que trabajaba en ese momento en el destacamento de seguridad del entonces presidente Michel Martelly, estaba en la escena en el momento de la redada de drogas y fue visto dirigiendo a hombres en jeeps para que carguen cocaína y heroína en los jeeps y se alejen a toda velocidad. Durante mucho tiempo ha sido un punto focal de la investigación sobre la redada de drogas de 2015, y ahora es uno de los principales sospechosos del asesinato de Jovenel Moise. Estaba cerca del cuñado de Martelly, Charles Saint-Remy, con quien también se vio reunirse a altos funcionarios de la DEA. La sospecha era que los funcionarios de la DEA estaban alertando a Saint Remy, ahora también en la cárcel, sobre las operaciones planificadas de la DEA.
Ninguno de los sospechosos en este caso de 2015 fue arrestado. El exagente de la DEA Keith McNichols, quien dirigió la investigación sobre la redada de drogas fallida, fue testigo de la corrupción de la DEA en Haití, pero cuando trató de denunciarlo a los altos mandos, fue reprendido por presionar el tema. En repetidas ocasiones señaló las graves fallas en los esfuerzos antidrogas en Haití. McNichols y su compañero de trabajo George Greco, con quien trabajó en la persecución de este caso, finalmente dejaron a la DEA en frustración por los obstáculos y la hostilidad que soportaron dentro de la DEA.
