Marzo 28 de 1977: reanuda México relaciones diplomáticas con España, nombrando embajador al ex presidente Gustavo Díaz Ordaz. Desde 1939 no había relaciones oficiales entrambas naciones debido a que como producto de la guerra civil española, Francisco Franco había accedido al poder y el presidente Lázaro Cárdenas no sólo desconoció a las nuevas autoridades de la Madre Patria sino que México asiló a varios miles de españoles refugiados que huyeron de la dictadura franquista.
Pero Franco fue un tipo muy vivo (enredó hasta a Hitler con una supuesta alianza y nunca envió tropas en su favor en la II Guerra Mundial, pero El Fürer respetó a España) y consiguió en 1955 que la mismísima ONU lo recibiera en una Asamblea donde algunos países, entre ellos el nuestro, se opusieron, pero finalmente la mayoría aceptó a España. México ya estaba entrampado pues por un lado desde 1945 había reconocido al gobierno español republicano en el exilio, pero al mismo tiempo pertenecía a la ONU de la que ya España formaba parte.
Es más, el presidente Luis Echeverría propuso a la ONU que se expulsara a España luego de que en 1975 el gobierno de Franco condenó a muerte a cinco terroristas españoles, rompiendo incluso con el país ibérico hasta la comunicación, lo que se veía mal y restringía algunas actividades de mexicanos con España. Empero, coincidieron dos circunstancias: En 1977 España se convierte en una monarquía constitucional, al igual que otras naciones europeas, abriéndose supuestamente a la democracia. La otra circunstancia determinante fue el cambio de presidente en México y el nuevo, José López Portillo, buscaba formas de mostrar su rompimiento con su ex amigo y antecesor Luis Echeverría, así que, sin más consultas, reinstaló las relaciones con España, aspecto que hasta la fecha continúa.
Atrás quedaron los pleitos descritos, y registrados en la historia los que tuvieron que ver con la conquista, la colonia, la independencia y la ley anti española que alguna vez tuvimos en México. Aunque en estos días, el presidente López Obrador exigió que España se disculpe por los atropellos durante la conquista de México, generando reacciones diversas y no todas favorables a México.