04/May/2024
Editoriales

Los pequeños descuidos

Es tan importante cuidar las pequeñas cosas de la vida que he llegado a pensar que no existen las que llamamos ‘cosas pequeñas’, pues también son muy importantes.  

Todos hemos vivido y sufrido las consecuencias de descuidar algún ‘pequeño’ detalle.   

Es famoso el caso del fotógrafo estadounidense Carl McCunn (1946-1981), quien alquiló los servicios de un piloto aficionado para que le llevara a un remoto lago cercano al río Colee, en Alaska, en marzo de 1981, porque iba a fotografiar la vida salvaje del lugar. 

Hasta ahí todo parecería normal -dentro del exótico trabajo de esos fotógrafos naturistas- si hubiera contratado a un piloto experimentado, o alguien que al menos conociera bien esa región. Adicionalmente a esa ‘pequeña falla’ cometió otro ‘pequeño error’ al describirle con palabras ambiguas un texto acompañado de un burdo croquis del sitio al que debería regresar a recogerlo este joven piloto cinco meses después, en el mes de agosto, lapso suficiente para terminar de observar y fotografiar los fenómenos naturales y las especies que estudiaba.

Llegada la fecha, el piloto no pudo encontrar el sitio donde habían quedado de verse y McCunn, antes de morir de hambre, se disparó en la cabeza. 

Su cuerpo fue encontrado hasta febrero de 1982. 

No cometamos el error de considerar pequeñas las cosas importantes, como en dónde dejamos las llaves de la casa, o el celular, o cuándo debemos asistir a un compromiso, en qué piso estacionamos el auto dentro de un edificio grande, etcétera.

Cuando regrese de una fiesta, cerciórese que vuelve con las mismas personas que llevó, especialmente su esposa, porque se han dado casos, que luego le platico.