19/Apr/2024
Editoriales

Mayo 24 de 1911: en la ciudad de México, el gobierno de Porfirio Díaz disuelve con plomo una manifestación en su contra

Mayo 24 de 1911: en la ciudad de México, el gobierno de Porfirio Dí­az disuelve con plomo una manifestación en su contra. Se trató de la última y definitiva manifestación contra Porfirio Dí­az, así­ como también su última matanza.

Este disturbio da el tiro de gracia al porfiriato e inicia la larga historia de modernización de la democracia mexicana. Los hechos fueron estos: La elección presidencial de 1910 fue fraudulenta, pues el único candidato opositor serio era Francisco I. Madero, pero el presidente Porfirio Dí­az lo mandó detener en Monterrey y quedó recluido en San Luis Potosí­.

Así­ se celebraron las elecciones, mismas que "ganó" Dí­az. Sin embargo, cuando Dí­az creyó que todo estaba de nuevo en calma, como habí­a sucedido a lo largo de tres décadas, Madero escapó ayudado por amigos ferrocarrileros de San Luis Potosí­ y huye a San Antonio, Texas, desde donde emite su famoso Plan de San Luis. Este manifiesto convoca al derrocamiento del porfiriato, el establecimiento de elecciones libres y democráticas, así­ como también se compromete a restituir a los campesinos las tierras que les habí­an sido arrebatadas por los hacendados.

El levantamiento empezó justo el 20 de noviembre de 1910, sobre todo en el norte de México. En el distrito de Guerrero, Chihuahua, Pascual Orozco ataca a las tropas federales y enví­a los cadáveres a Dí­az con el mensaje: "Ahí­ te van las hojas, mándame más tamales". Después comienzan las operaciones para amenazar Ciudad Juárez. Las armas favorecen a Madero en Ciudad Juárez y ante ello Dí­az se da cuenta que estaba vencido.

El 21 de Mayo se firman los llamados Tratados de Ciudad Juárez, pero al estilo Madero todo fue tibio, no se habló del sistema de gobierno ni de los problemas agrarios, sólo se acordó: renuncia de Porfirio Dí­az, interinato de León de la Barra, nuevas elecciones e inmunidad para Dí­az. Tras la firma de esos tratados, Porfirio Dí­az –socarrón- no hací­a efectiva su renuncia ante la cámara de diputados, hasta que el 24 de mayo el pueblo se desbordó en manifestaciones violentas por las calles de la ciudad de México.

A las nueve de la noche ya era un tumulto. La calle de la Cadena se encontraba ocupada por fuerzas federales a la espera de órdenes y el domicilio de Dí­az lo resguardaban los soldados. Pero un policí­a imprudente provocó que los manifestantes atacaran a un gendarme, quien descarga su arma contra ellos, propiciando que los soldados apostados en Palacio Nacional comiencen a disparar a la multitud, que dispersaron después de haber ocasionado la muerte de una cifra importante de los manifestantes (la prensa consigna desde 13 hasta 32). A las dos y media de la tarde del 25 de mayo de 1911, Porfirio Dí­az firma su renuncia, que es aprobada por el Congreso dos horas más tarde. Al saberse la noticia, brotan manifestaciones de júbilo en el paí­s mientras, Dí­az se apresta a salir, escoltado por Victoriano Huerta, rumbo al puerto de Veracruz, desde donde abandona México a bordo del mí­tico barco El Ypiranga.