El 8 de noviembre de 1939 Adolfo Hitler se salvó de morir en un atentado con explosivos debido a que el Führer terminó antes de lo previsto la celebración de putsch de Munich en la Bürgerbräu Keller. La bomba explotó conforme a lo que los complotistas habían previsto, y Hitler dijo que “haber salido antes de lo previsto confirma que la Providencia ha dispuesto que yo pueda llevar a feliz término mi misión”. (A. Zoller, Hitler Privat, Dusseldorf, 1949).

Sin embargo, ese atentado que costó siete vidas y más de setenta heridos, había sido previsto por el astrólogo profesional suizo Karl Ernst Krafft, quien lo había comunicado en una carta el 2 de noviembre a la oficina del RSHA –servicio de seguridad- diciendo: “posibilidad de un intento de asesinato, por medio de material explosivo, entre el 7 y el 10 de noviembre”. El 9 de noviembre fue detenido e interrogado el astrólogo, y al final fue confirmado en su puesto de astrólogo del RSHA, y desde ese momento la astrología se convirtió en un elemento base de la propaganda nazi. (referido por Ellic Howe, op. cit.).