Arranca la batalla judicial de Kevin Spacey, acusado de agredir en julio de 2016 sexualmente en un bar de Nantucket (Massachussetts) a un joven de 18 años.

El actor acudió por primera vez a un tribunal. Pese al reducido tamaño del edificio, pues está situado en una localidad pequeña, de 10.000 habitantes, los alrededores estaban tomados por una enorme cantidad de periodistas de todo el mundo. Varias cadenas estadounidenses retransmitieron la comparecencia en directo.

El actor –que acudió en jet privado, ataviado con traje gris, camisa de flores color lavanda y una corbata azul de lunares– había solicitado previamente no tener que desplazarse hasta allí, alegando que aparecer en imágenes le daría publicidad negativa, pero el magistrado, Thomas Barrett, negó esta petición.

El acusado no llegó a hablar, fueron sus abogados quienes argumentaron que se declaraba inocente. Finalmente, Barrett dictaminó que Kevin Spacey quedaba en libertad sin fianza, pero que debe mantenerse alejado de la víctima. Fijó para el 4 de marzo la siguiente audiencia, a la que la estrella no tendrá que acudir, simplemente estar disponible para cualquier llamada telefónica.