Monterrey- Ángel Cruz ha sido taxista desde 1994 a la fecha. Gracias a esta profesión, ha sacado adelante a cinco hijos y una esposa.

La crisis económica del ’94 y aún el embate del Huracán Alex que destruyó medio Nuevo León en 2010, hoy parecen un chiste, al lado de la pobreza que está viviendo en esta pandemia del COVID-19.

Ángel es propietario del taxi que utiliza y paga una módica renta semanal de 400 pesos al sitio donde hacen punto y que le permite tener carreras.

Esos 400 pesos no serían problema, si fuera otra la situación, pero en medio de esta crisis sanitaria “ni para la gasolina sale”.

“Estamos ahí en el sitio”, comentó Ángel, “y pues la carrerilla que sale de vez en cuando que alguien al hospital o alguna emergencia, lo movemos”.

“A la gente de tercera edad que va a surtir el mandado, pues los ayudamos, pero a veces es una carrera por día, otras veces ninguna, ni para la gasolina sale”.

Ángel vive en la colonia Hacienda la Providencia, una de las más pobres de Escobedo, y realmente siente que las autoridades se han ensañado con él y sus compañeros taxistas.

“Nos ha pegado muy fuerte esto del virus”, comentó el trabajador del volante, “nos dicen de Gobierno 'quédate en tu casa, ya no vas a salir' y de qué vamos a comer”.

“Cómo quiere el señor Jaime que mantenga a mi familia, tengo cinco hijos y una mujer. Dice que el transporte público es esencial, nosotros somos parte del transporte público, pero cómo le vamos a hacer si ya no hay gente en la calle, él nos irá a mantener o qué”, cuestionó el conductor del vehículo de alquiler.

La amargura que Ángel esboza en sus palabras es comprensible, pues él es solamente 1 de 32 mil taxistas que en Nuevo León están al borde de la quiebra económica, porque sin gente en las calles, no hay modo de que ganen algo de dinero para comprar comida.

“Me dijeron que nos iban a ayudar y nada, qué quieren, que les diga a mis hijos hoy no comas, espérate a que nos ayude el gobierno, ellos como quiera piden”, dijo.

-¿Ya te había tocado vivir algo así?, le preguntó Notimex al taxista Ángel Cruz.

“Me tocó, cuando estaba más joven, la bronca del 94 que se puso feo y pues cuando pegó el huracán ese (Alex) que casi todo quedó destruido”.

“En ninguna de las dos me fue tan mal, ahorita uno se ríe cuando se acuerda, porque ahora si estamos mal y no hay ni para comer”.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), 36.75 por ciento de la población de Nuevo León tiene trabajos considerados como informales.

Es decir que más de 1 millón de personas no cuentan con prestaciones ni seguridad social y se ganan la vida en oficios como taxistas, boleros, albañiles, comerciantes de mercados sobre ruedas, vendedores ambulantes, por mencionar algunos.

“Si me lo permite, yo quiero hacerle un llamado al Señor Jaime y al Señor Presidente que se acuerden que los apoyamos, que votamos por ellos y ahorita ocupamos que nos ayuden”, concluyó el trabajador del volante.