Espectáculos

Fred Astair y Ginger Rogers

Cuando la depresión económica norteamericana –durante la década de los años treinta-, se convirtieron en artistas famosos. Fred junto a su hermana bailaba en Broadway, y Ginger por su parte ya habí­a aparecido en 19 pelí­culas.

Hasta que en 1933, ambos compartieron la escena en la cinta Flying Down to Rí­o, y se dio el milagro: el aplomo y desenfado de Ginger se mezcló con el aire sofisticado de Fred, y la pareja mostraba en cada paso, una alegrí­a, pues habí­an encontrado a su pareja ideal de baile.

Los estudios MGM los volvieron a reunir en The Gay Divorcée, comenzando así­ una leyenda cinematográfica. Astaire aportaba el tono emocional de la pareja y Ginger le daba el efecto erótico. En sus pelí­culas nunca se besaban, sino hasta las últimas, sin embargo, el público sentí­a que ellos se hací­an el amor bailando. No ha existido otra pareja de baile más aclamada en toda la historia del cine de comedia o de revista. Ginger era el espí­ritu pragmático y terrenal mientras Fred daba elegancia y gracia de corte europeo.

Fueron un verdadero fenómeno hasta 1939, que aquella magia del baile comenzó a desaparecer y de forma amigable cada quien siguió su camino separados. Ambos triunfaron por varias décadas pero nunca puede compararse lo que construyeron juntos. Fred murió de pulmoní­a a los 88 años –el 22 de julio de 1987- y Ginger murió a los 83 –el 25 de abril de 1995- de un congestionmianeto cardiaco masivo. Ambos fueron enterrados en el Oakwood Memorial Park, en Chastworth, California. Imagino que desde entonces volvieron a reunirse como pareja de baile y deben estar disfrutando sus enormes actuaciones en las pistas de baile celestes.