BEIRUT - El Gobierno de Siria dijo el sábado que no se reunirá con ninguna parte que pretenda discutir la cuestión de la presidencia del país, calificando al presidente, Bashar al-Assad, como una "línea roja" en la misma declaración en la que confirmó su participación en las conversaciones de paz de la próxima semana, patrocinadas por la ONU.
"No hablaremos con nadie que se refiera a la posición de la presidencia. Bashar es una línea roja, la propiedad del pueblo sirio", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Walid al-Moualem, durante una conferencia de prensa televisada en Damasco.
"Les aconsejo que, si eso es lo que piensan, no vayan a las negociaciones. Deben abandonar esos delirios", agregó.
El principal grupo opositor sirio acusó a Damasco de hacer fracasar las conversaciones de paz antes de empezar siquiera.
"Creo que está colocando los clavos al ataúd de Ginebra, está claro", afirmó Monzer Makhous, miembro del Comité Superior de Negociación, al canal Al Arabiya Al Hadath TV en respuesta a las declaraciones del canciller sirio.
"Moualem está frenando Ginebra antes de empezar incluso", señaló.