01/May/2024
Editoriales

Nuestro glorioso Himno Nacional Mexicano es útil ahora y siempre

Cuando el gobernador Jaime Rodríguez Calderón se sentía el favorito de los dioses y podía modificarlo todo, pronunciaba discursos oficiales con maldiciones, y su frase favorita era: atrévanse a cambiar!. Pero un cambio no siempre significa mejorar, y así le decía a los niños que Santa Clós era su padre acabando con esa ilusión infantil que tanto ayudaba al comportamiento de los traviesos; en ceremonias protocolarias regañaba a los directivos universitarios por utilizar “gorritos” cuando vestían de toga y birrete. Jaime alcanzó a cuestionar la letra del Himno Nacional porque su espíritu es bélico y pedía que se cambiara “porque ya no representa a los mexicanos actuales”.

Desde luego que cuando se postuló para ser presidente de la República con el discurso de mocharle las manos a los delincuentes, se derrumbó, y al final todo terminó de forma desagradable para él. De todas sus gracejadas hoy comentaré esa de que nuestro Himno está obsoleto por convocar a la pelea. No se requiere argumentar mucho para defenderlo; basta ver los himnos de otras naciones. El de Francia -La Marsellesa-, dice en su coro: "¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones!". El de Estados Unidos dice: "Sus estrellas, sus barras faltaban ayer en el fiero combate en señal de victoria". El himno de Chile: "Vuestros nombres, valientes soldados, que habéis sido de Chile el sostén, nuestros pechos los llevan grabados; los sabrán nuestros hijos también. Sean ellos el grito de muerte que lancemos marchando a lidiar... "El de Guatemala reza: "Nunca esquiven la ruda pelea, si defienden su tierra y su hogar, que es tan sólo el honor su alma idea y el altar de la patria su altar".

No podemos olvidar que nuestro “Mexicanos al grito de guerra…” convocó al pueblo contra el invasor francés de 1862 a 1866; contra las invasiones norteamericanas de 1914 en Veracruz y la punitiva de 1916; además acompañó al Escuadrón 201, en sus batallas en Las Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial. Es obvio que la mejor forma de conservar la paz es prepararse para la guerra. De ese traumático estado en el que los gobiernos ordenan a sus soldados matar, aunque no todos deseen hacerlo. En la Segunda Guerra Mundial, la oficina del Marshall de Estados Unidos revela que sólo el 20% de los soldados norteamericanos apuntaba al enemigo. Hubieron de entrenarlos disparando a muñecos con forma humana que caían al suelo, y así se elevó al 43% los soldados que disparaban a sus rivales. Porque -textual del informe de la oficina del Marshall-: "en la batalla es el miedo a matar más que el miedo a que te maten. (...).

Todavía en la guerra de Afganistán, el 10% de los jóvenes que ya estaban en el ejército norteamericano aludieron enfermedades, y el 21% alegó objeciones de conciencia. Pero ya en Afganistán 2006, el 72% de los jóvenes soldados norteamericanos disparaban a sus enemigos sin remordimiento, porque la mitad de ellos habían jugado a los videojuegos de guerra, como el "call of duty" (el llamado del deber).

En 2012, Henry Kissinger, ex secretario de estado, dijo: "...Nuestros jóvenes han sido bien entrenados en la última década con consolas de juegos de combate. Nuestros jóvenes, en EU están preparados, ya que han sido programados para ser buenos soldados, carne de cañón, y cuando se les ordene salir a las calles a luchar contra los chinos y los rusos, obedecerán las órdenes."

Los neoloneses y en general los mexicanos siempre hemos sido pacíficos, pero en el último tercio del siglo XX crecieron exponencialmente los delitos en varios rubros y eso de ninguna manera nos transforma en un pueblo guerrero, pues son enfrentamientos de mexicanos contra mexicanos. Hay desde entonces una especie de guerra sin ideales políticos ni religiosos, simplemente se ha formado una sub cultura del delito en forma organizada.

Considero que los elementos que detonaron estas conductas delincuenciales fueron la proliferación de programas violentos en los medios de comunicación, y los juegos de violencia en los ordenadores caseros, más los estímulos económicos que ofrece la delincuencia organizada. Por eso es urgente la erradicación de ese tipo de programas y de las diversiones infantiles violentas y además que el gobierno frene a los carteles de la droga, pues el crimen organizado no tiene límites ni valores decentes.

Desde luego que contamos con cuerpos policiacos locales y el ejército nacional que nos defienden de los embates del crimen organizado, y de los delincuentes “desorganizados”. Y para ellos que están en la lucha diaria es muy importante contar con un himno como el nuestro que les imbuya nacionalismo y valor para su peligroso trabajo. Todo esto es para decir que no estoy de acuerdo con la tesis del ex gobernador Rodríguez, pues nuestro Himno Nacional mexicano es, además de uno de los tres símbolos patrios, útil para nuestra vida pacífica.    

Fuentes 

Recuerdos de la Invasión Norteamericana, José María Roa Bárcena

Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito

http://www.usmarshals.gov

ABC, USA 

PHYSYICIANAS FOR SOCIAL RESPONSABILITY