En tiempos normales una decisión del Consejo Constitucional francés sobre una ley es una formalidad. Pero Francia se encuentra en un estado de gran tensión política , luego de meses de protestas contra el plan del presidente Emmanuel Macron de elevar la edad mínima legal de jubilación de 62 años a 64. La decisión del consejo el 14 de abril de validar esta legislación será un gran alivio para el presidente, que todavía se está recuperando de las consecuencias diplomáticas de los comentarios imprudentes hizo después de su reciente viaje a China. Pero es poco probable que ponga fin de inmediato a las protestas o a la crisis política interna. Marine Le Pen, líder de la Agrupación Nacional de extrema derecha, describió la promulgación de una reforma "brutal e injusta" como la "ruptura definitiva entre el pueblo francés y Emmanuel Macron".
Fue una medida del ambiente tenso en Francia que, antes del fallo, la policía antidisturbios instaló un escudo protector frente al edificio en París que alberga el Consejo Constitucional, anteriormente un palacio perteneciente a los monarcas franceses. Las protestas cercanas fueron prohibidas. Los opositores habían visto la decisión del consejo como la última oportunidad para anular la legislación, que el gobierno de Macron aprobó en el parlamento en marzo mediante un procedimiento que evitaba la necesidad de una votación parlamentaria directa. Manifestantes, líderes de la oposición y sindicalistas han utilizado huelgas y marchas para exigir su retractación desde enero.
